Archivo - Agricultor, viñedo, cultivo, agricultura, - EUROPA PRESS/REY SOTOLONGO - Archivo
MURCIA 6 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Consejo de Gobierno, a propuesta de la consejera de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, ha aprobado el decreto de concesión directa 7 millones de euros en ayudas destinadas a los titulares de explotaciones agrarias de secano y explotaciones de ovino y caprino de la Región de Murcia que hayan sufrido pérdidas económicas a consecuencia de la sequía.
En total, serán más de 2.500 agricultores y ganaderos los que se van a poder beneficiar de esta línea de subvenciones. De la cuantía total, 5 millones irán destinados a los agricultores de secano de olivar, cereales, viñedo y plantas aromáticas, solicitantes de ayudas de la Política Agraria Común (PAC).
Por su parte, los otros 2 millones de euros serán para los ganaderos de ovino y caprino también solicitantes de la PAC. Estos sectores se han visto especialmente castigados por la prolongada sequía que afecta a la cuenca del Segura.
El programa de ayudas destinadas a los agricultores de secano beneficiará a un total de 1.966 profesionales del sector, que suman una superficie cultivada de 50.817 hectáreas.
Los apoyos económicos para los agricultores varían en función del tipo de cultivo: 90 euros por hectárea en el caso del cereal, 120 euros por hectárea para el olivo y los cultivos aromáticos y 230 euros por hectárea para el viñedo de vinificación.
Las ayudas contemplan un límite máximo de 10.000 euros por beneficiario y un mínimo de 300 euros. En cuanto a la distribución total de fondos, el grueso de las ayudas beneficiará especialmente al cereal, con casi 2,2 millones de euros, y al viñedo, con casi 1,8 millones.
Por su parte, las ayudas destinadas a los ganaderos de ovino y caprino beneficiarán a 569 titulares. Podrán acogerse a estas subvenciones los ganaderos que cuenten con un mínimo de 30 y un máximo de 500 animales subvencionables, estableciéndose una ayuda mínima de 300 euros por beneficiario.
Con esta medida, el Gobierno regional busca compensar los daños provocados por la falta de lluvias y contribuir a la continuidad de la actividad agraria y ganadera, fundamentales para el equilibrio económico, social y ambiental del medio rural.