MURCIA, 9 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Consejería de Medio Ambiente, a través de la Dirección General del Medio Natural, hará un seguimiento de las poblaciones de cetáceos afectadas por el virus infeccioso morbillivirus en la costa murciana "para intentar mitigar el efecto del virus", a raíz de la aparición de cinco ejemplares varados en las playas de Cartagena en menos de un mes.
En este sentido, las acciones previstas incluyen un programa de inspección visual por parte de agentes medioambientales de las zonas costeras inaccesibles, la intensificación de la alerta veterinaria por el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre 'El Valle' y un programa de seguimiento de cetáceos a través de las Cofradías de Pescadores en colaboración con el Servicio de Pesca, según informó la Secretaria General de la Presidencia y Relaciones Externas en nota de prensa.
Igualmente, la Consejería solicitará la colaboración del Instituto Oceanográfico, Capitanía Marítima y la Sociedad Española de Cetáceos con Medio Natural para el intercambio de información y posibles campañas de seguimiento, acciones que tienen una duración prevista de cuatro meses en su primera fase, aunque se podrían considerar fases sucesivas dependiendo de la evolución, según el comunicado.
Paralelamente, se llevarán a cabo reuniones periódicas entre los organismos competentes de la Comunidad Autónoma y la Administración del Estado, y la próxima semana se reunirán técnicos de la Dirección General del Medio Natural, el Servicio de Pesca de la Consejería de Agricultura y Agua y el Instituto Oceanográfico.
Del examen forense realizado a dos de los ejemplares localizados, los veterinarios de la Consejería determinaron que la causa de las muertes es un virus de la familia del moquillo canino, del género morbillivirus, que provoca lesiones de tipo encefalítico en los animales, y aunque no es peligroso para el hombre, sí lo es para otros cetáceos.
La Consejería no descarta que el número de ejemplares muertos sea aún mayor, por lo que la Dirección General del Medio Natural emprendió medidas para intentar mitigar el efecto del virus entre la población de calderones (también llamados "ballenas piloto") en las costas murcianas.
