Se preparan las existencias de fundentes hasta las 2.500 toneladas para afrontar emergencias ante episodios de nevadas

En la campaña anterior se utilizaron más 241 toneladas de fundentes, y los camiones quitanieves recorrieron más de 2.300 kilómetros

Europa Press Murcia
Actualizado: lunes, 17 noviembre 2008 15:20

MURCIA, 17 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Administración General del Estado pondrá a disposición de las carreteras y sus usuarios una serie de medios materiales y humanos al objeto de poder afrontar las emergencias que puedan surgir por episodios de nevadas intensas en la Región. Para ello, se han preparado las existencias de fundentes hasta completar las 2.500 toneladas, además de que se han probado los equipos GPS de todos los vehículos.

Se trata de los medios con los que cuenta el Plan Operativo de Coordinación ante posibles nevadas o placas de hielo en la Red de Carreteras del Estado en Murcia, que hoy presentó en Lorca el delegado del Gobierno, Rafael González Tovar.

En el diseño y puesta en práctica del Plan, participan la unidad de Protección Civil de la Delegación del Gobierno, la Guardia Civil de Tráfico y la Demarcación de Carreteras del Estado en Murcia (Ministerio de Fomento).

Al respecto, González Tovar recordó que aunque este Plan está vigente "de forma permanente", la posibilidad de que ocurra una incidencia en la Red de Carreteras del Estado a causa de la nieve o de que las bajas temperaturas den lugar a la aparición de placas de hielo "se concentra en el período que va desde principios de noviembre hasta finales de marzo".

Por ello, se dispone de seis camiones quitanieves, con tracción a las seis ruedas, y provistos de esparcidor de fundentes y cuchilla quitanieves; dos vehículos multifunción Unimog con hoja de empuje; un vehículo multifunción Unimog con hoja de empuje y esparcidor de fundentes; dos almacenes de fundentes de 300 m2 y un tercero de 100 m2, con un acopio total de 2.500 toneladas de sal; dos silos de sal, de 100 y 10 toneladas; tres depósitos de salmuera de 10.000 litros; dos extendedores de salmuera de 10.000 litros; tres estaciones meteorológicas fijas y dos móviles.

En cuanto a los vehículos participantes en las tareas de vialidad invernal, el delegado del Gobierno puso de manifiesto que "todos están equipados con dispositivos de seguimiento por GPS y tracción total que permiten el accionamiento remoto del esparcidor de fundentes, desde el centro de control, a fin de que el conductor se dedique únicamente al guiado del vehículo, y se pueda optimizar el tratamiento antihielo en las zonas que realmente lo necesitan".

Igualmente, las plantas de sal y de salmuera se han colocado "estratégicamente" en los tramos en que son más frecuentes los episodios de nieve, "con el fin de reducir el tiempo de recarga de las quitanieves y optimizar los tratamientos".

También se han revisado y puesto a punto los equipos de vialidad invernal disponibles para que su funcionamiento sea "correcto" en la fase de operación, siguiendo las recomendaciones de los fabricantes a todos los niveles, al tiempo que se ha reforzado la toma de energía para el repetidor de emisoras para gozar de "mayor autonomía" en caso de fallo en el suministro eléctrico.

En el capítulo de medios humanos, se considera de la máxima importancia la colaboración y coordinación con los otros organismos de la Administración que tienen competencia en caso de emergencia por nevadas, fundamentalmente Protección Civil y la Guardia Civil de Tráfico.

Dicha colaboración se ha recogido en un Plan Operativo que describe todos los medios destinados a la campaña de vialidad invernal y las actuaciones a llevar a cabo en cada fase de la posible emergencia, según informó la Delegación en un comunicado.

Sobre los tratamientos que se llevan a cabo sobre la carretera cuando la climatología es adversa, González Tovar señaló que son de dos tipos: preventivos, "cuando aún no ha empezado la nevada"; y curativos, "cuando ya se ha producido, pero se desea evitar que la nieve se transforme en placas de hielo".

El tratamiento preventivo consiste en el extendido de, entre 5 y 15 gr/m2 de sal o de salmuera, según la humedad del pavimento, en todos los tramos de carretera en los que exista una humedad superior al 75 por ciento y se prevea un descenso de temperatura por debajo de los 0 grados. Normalmente estos tratamientos se realizan al atardecer, antes de que tenga lugar el descenso de temperaturas durante la noche.

Los tratamientos curativos, según González Tovar, son más "enérgicos" y consisten en el extendido de entre 20 y 40 gr/m2 de fundentes en las zonas nevadas, a fin de bajar el punto de congelación y evitar la aparición de las placas de hielo, que son el "gran peligro" para la circulación.

El fundente habitual es el cloruro sódico, si bien, cuando la temperatura baja por debajo de los 5 grados bajo cero, resulta necesario mezclar cloruro cálcico con la sal común a fin de hacer más eficaz el tratamiento. Con el fin de hacer más duradera la acción de los fundentes sobre la calzada y evitar que las ruedas de los vehículos los proyecten fuera de la carretera, se añade agua a la sal, formando salmueras que se adhieren mejor al pavimento.

La acción de los fundentes se complementa con el trabajo de las cuñas quitanieves, que se montan sobre el mismo camión esparcidor, que se desplaza a una velocidad de 60 km/h, y evita la acumulación de nieve sobre la calzada.

RESULTADOS DE LA CAMPAÑA ANTERIOR.

En los tratamientos preventivos y curativos contra los episodios de hielo y nieve que se realizaron en la campaña anterior, el delegado precisó que se emplearon más de 150 toneladas de cloruro sódico (sal común) y más de 91 de salmuera, recorriéndose más de 2.300 kilómetros con los camiones quitanieves.

Datos inferiores a los de hace dos años (invierno 2006/2007), ya que entonces "hubo una mayor presencia de la nieve en las carreteras estatales de la Región, lo que obligó a utilizar una cantidad muy superior de cloruro sódico (750 toneladas), aunque la de salmuera fue similar (88 toneladas)".

También aumentó considerablemente la distancia recorrida por la maquinaria quitanieves (6.500 kilómetros) y, además, se emplearon más de cinco toneladas de cloruro cálcico.

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