MURCIA, 2 May. (EUROPA PRESS) -
La defensa del diputado Bartolomé Soler, imputado en el caso Limusa, sostiene que a su cliente le son reclamados los importes, con cargo a la empresa municipal, de las comidas de varios concejales del actual equipo de Gobierno del Partido Popular, que tuvieron incluso lugar entre los meses de junio y agosto de 2007 siendo ya Soler diputado regional en Cartagena.
Así se desprende en una de las 32 carpetas de documentos que acompañan al escrito de la defensa presentada por los abogados de Bartolomé Soler, ante el Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia, donde aparece una página excel, elaborada por la Agencia Española de Administración Tributaria, que ha servido de base, entre otras, para la imputación del diputado en el caso Limusa, en la que se especifican las comidas supuestamente llevadas a cabo, así como su importe y el establecimiento donde se produjeron.
Lo curioso, según la defensa de Bartolomé Soler, es que no existe en el referido cuadro-resumen, elaborado por el inspector de la Agencia Tributaria, "ni una sola prueba documental de la asistencia del ex-concejal a las mismas". Sin embargo, sí aparecen como asistentes los concejales del actual equipo de Gobierno.
Como son Melchor Morales y Ángel Meca, en más de una comida, Antonio Ibarra, Belén Pérez y Antonia Moya. Todas estas comidas tuvieron lugar, según ha podido conocer Europa Press, entre junio, julio y agosto de 2007, siendo ya Bartolomé Soler diputado regional en Cartagena.
Según la documentación de la AEAT, los restaurantes elegidos por los concejales del Partido Popular fueron El Hornero, El Paso Blanco, Casa Cándido, Venta Cristóbal, Juan de Toledo, todos ellos de Lorca y La Rambla de Puerto Lumbreras.
Lo paradójico del caso para la defensa de Bartolomé Soler, es que el Ayuntamiento, a través de la acusación particular, esté reclamando estos importes a su defendido.
En relación con este asunto, el concejal de Hacienda, Antonio Ibarra, ha remitido un escrito a Soler, y que éste, a su vez, ha enviado al TSJ en el que le manifiesta que, efectivamente, nunca ha comido con él, por lo que, dicen, "todo debe obedecer a un error".
En tal sentido la defensa de Soler manifiesta, en el escrito presentado ante el TSJ, que el Magistrado Instructor de la causa, según el contenido de sus resoluciones, tenía decidida la apertura de juicio oral contra Soler, "sin un análisis serio y razonado que descartara, al menos, aquellas imputaciones que no se apoyaran sobre prueba válida alguna".