MÁLAGA, 28 May. (EUROPA PRESS) -
El hombre acusado de acabar con la vida de su hermana y causar lesiones a los dos hijos de ésta tras supuestamente provocar una fuerte explosión en la casa en la que residía con más familiares en Cártama (Málaga) ha negado los hechos y ha asegurado que se despertó "enterrado en escombros" y "tragando arena".
Los hechos sucedieron el 30 de diciembre de 2009. La Fiscalía malagueña, que ha mantenido sus conclusiones, le acusa de un delito de estragos, por el que pide 15 años de prisión; otro de homicidio, por el que solicita 12 años de cárcel, y otros dos de homicidio en grado de tentativa, solicitando seis años por cada uno. En total, pide 39 años de prisión.
Ha negado que tuviera intención de suicidarse y que manipulara la abrazadera de la bombona de butano o el calentador. "Lo juro por Dios", ha dicho el procesado en su declaración en el juicio, que se ha celebrado en la Sección Primera de la Audiencia de Málaga, añadiendo que ese calentador tenía más de 20 años y que no estaba en buen estado de uso.
El acusado ha explicado que esa noche tuvo una discusión con familiares "igual que otras tantas", ya que le recriminaban si había llegado tarde o si venía "colocado". Ha añadido que en su familia "todos discutíamos con todos", aunque su relación con la hermana fallecida no era mala y con sus sobrinos era "maravillosa", mientras que con su cuñado sí había tenido algún problema.
Ha señalado que esa noche salió a ver una yegua y que luego volvió a la casa, se durmió y ni olió a gas ni escuchó ninguna explosión, solo sabe que se despertó "enterrado". Ha indicado que estuvo en el hospital y allí se enteró de que su hermana había fallecido.
Según las conclusiones del ministerio fiscal, el 30 de diciembre de 2009, al llegar a la vivienda que compartía con una hermana, sus padres y la familia de otra de las hermanas, el procesado "tuvo una fuerte discusión con su madre y sus hermanas, que le recriminaban su forma de vida y comportamiento".
Los familiares le dieron "un ultimátum o se verían en la necesidad de echarlo de casa", a lo que el procesado respondió "muy alterado", asegurando: "el día que yo me vaya, que me mate, no lo haré solo, porque no tengo valor, antes me llevaré a unos cuantos por delante", marchándose cada uno a sus habitaciones "bastantes preocupados". El acusado ha negado estas amenazas.
A la mañana siguiente, estando en la casa sus padres, sus hermanas y los dos menores, hijos de una de ellas, el acusado, "de forma intencionada, provocó una fuerte explosión al manipular para dejar abierta la abrazadera que une la goma del gas al calentador, destruyendo prácticamente toda la vivienda".
La explosión afectó con mayor intensidad a la parte trasera de la vivienda, donde se encontraba una de las hermanas, que no pudo ser rescatada y "que falleció entre los cascotes por asfixia por compresión", así como sus dos hijos, "que pudieron ser rescatados por la rápida intervención de los vecinos", aunque resultaron lesionados.
Para el fiscal, al acusado se le debió representar "la posibilidad de que con su acción se pudiera causar el fatal desenlace". Como responsabilidad civil, se insta a que indemnice a cada sobrino en 44.000 euros por la pérdida de su madre y al viudo con 105.000 euros. Se pide que abone a su madre, como propietaria de la vivienda, unos 171.000 euros y que pague 31.400 euros a los dueños del muro que resultó dañado durante la explosión.
