BARCELONA 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
Una niña de dos años permaneció dos días en coma en el Hospital Sant Joan de Déu de Esplugues de Llobregat (Barcelona) tras beber éxtasis líquido de una botella que su padre había dejado la noche anterior en casa de los abuelos. El padre fue detenido e ingresó en la cárcel Modelo de Barcelona por orden del Juzgado de Instrucción número 1 de Esplugues, informaron hoy los Mossos d'Esquadra.
Según explicó hoy el sargento Jaume García, jefe de la Unidad de Menores de la Policía catalana, la mañana del 3 de noviembre la pequeña se despertó con sed en el domicilio de sus abuelos paternos, donde había pasado la noche con su madre, y pidió agua. Los abuelos vieron una botella de plástico sobre la mesa del comedor y dieron de beber a la niña, que ingirió una pequeña cantidad.
En ese momento, la menor empezó a notar que el líquido no sabía a agua y empezó a gritar "yaya malo, yaya malo", quejándose de un gran dolor en la boca y en el cuello. Poco después, la niña perdió el conocimiento, por lo que su madre y sus abuelos la trasladaron al Hospital Sant Joan de Déu, donde ingresó en estado crítico y necesitó respiración artificial.
La menor permaneció dos días en coma y estuvo ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos hasta el 6 de noviembre, cuando fue dada de alta. La madre llevó al hospital la botella de la que había bebido su hija y explicó lo sucedido a la doctora que la atendió, quien se puso en contacto con el padre, Jordi L.D., de 26 años y vecino de Barcelona.
El imputado le confirmó que el líquido de la botella era éxtasis de su propiedad, por lo que la doctora avisó a los Mossos d'Esquadra. Jordi L.D. fue requerido para acudir al hospital, donde le estaban esperando agentes de la Unidad de Menores. El padre de la pequeña admitió ante ellos que el líquido era éxtasis y fue detenido dada "la gravedad de los hechos", según el sargento García.
Los agentes, además, comprobaron que tenía antecedentes policiales por un delito de incendio, uno de robo con fuerza y otro de robo con violencia, por lo que sospecharon que podía ocultar drogas en el domicilio de sus padres, donde vivía. Los mossos pidieron una orden de registro al juzgado de Esplugues y, una vez allí, hablaron con un testigo que les explicó que había visto salir al imputado de casa con una bolsa y que la había escondido en las inmediaciones del inmueble.
Los agentes no hallaron droga en el domicilio y decidieron registrar las inmediaciones del inmueble, donde encontraron la bolsa citada por el testigo. En su interior, hallaron 279 gramos de un polvo blanco, que resultó ser una sustancia para adulterar la cocaína, y un arma de fuego simulada.
EL IMPUTADO "QUIERE A SU HIJA".
Los Mossos d'Esquadra pusieron entonces al detenido a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de Esplugues, que prorrogó su detención dos días a la espera de los resultados del laboratorio sobre la sustancia encontrada y de la Unidad de Balística. El instructor, además, tomó declaración al imputado --que se negó a declarar en comisaría-- y a la madre y los abuelos de la niña.
Finalmente, el juez decretó prisión preventiva para Jordi L.D. por un presunto delito de lesiones por imprudencia y otro contra la salud pública. Según el sargento García, el imputado no durmió en casa la noche previa al incidente, pero los abuelos sospechan que pudo ir de madrugada, dejar la botella en la mesa y marcharse, ya que "viene y va de manera habitual" y a veces pasa varios días fuera de casa.
Según el sargento García, los padres de la pequeña están separados y Jordi L.D. renunció a hacerse cargo de la niña desde que nació, aunque "tienen relación" y "quiere a su hija". De hecho, los abuelos paternos "quieren con locura" a la menor y tienen muy buena relación con ella, por lo que ésta y su madre --que viven en El Vendrell (Tarragona)-- pasan algunos fines de semana en casa de los abuelos.