(Ampl) La víctima del crimen de Candeán, en Vigo, murió por asfixia y no se defendió de su agresor, según los forenses

La familia del acusado pide su internamiento porque "subsiste la peligrosidad" debido a su trastorno de personalidad

Europa Press Nacional
Actualizado: jueves, 12 junio 2008 20:08

VIGO, 12 Jun. (EUROPA PRESS) -

La mujer que falleció asesinada en septiembre de 2004 en la parroquia viguesa de Candeán, María del Carmen Casal, murió por asfixia y su cuerpo no presentaba lesiones ni indicios de defensa, según confirmaron hoy los forenses en la vista oral que se sigue en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, contra el presunto autor de su muerte, Juan Carlos L.E..

Los facultativos que realizaron la autopsia confirmaron la muerte por asfixia, que pudo ser producida por estrangulamiento, ya que la mujer tenía señales de digitopresión alrededor del cuello y el cartílago tiroideo roto; o bien por la obstrucción de las vías respiratorias, ya que le fue introducida la manga de una chaqueta por la boca.

En su declaración ante el tribunal, los forenses también confirmaron que la víctima presentaba marcas "de una cuerda o similar" alrededor del cuello, varios cardenales en el cuerpo, un corte en la espalda y un "traumatismo de gran intensidad" en el cráneo, que posiblemente conllevó la pérdida de conocimiento de la mujer, además de otras heridas, todas ellas causadas mientras María del Carmen Casal aún estaba viva.

Los forenses explicaron que la mujer no presentaba heridas de defensa y que las lesiones punzantes e incisas de su cuerpo son "posiblemente intimidatorias", y denotan una "situación de dominio del agresor sobre la víctima", mientras que el acusado "no presentaba heridas externas" cuando fue examinado.

Con respecto a la posibilidad de que María del Carmen Casal sufriera una agresión sexual, el informe de los facultativos refleja que "no hay signos" de esa agresión, aunque los forenses reconocieron en su declaración ante el tribunal que la mujer presentaba contusiones en la zona genital.

En cuanto al primer examen psiquiátrico realizado a Juan Carlos L.E., los expertos concluyeron que presenta una "psicopatía" que, en cualquier caso, "no altera su capacidad", y que se revela como una "persona fría con escasas o ninguna relación social". Asimismo, insistieron en que "no tiene un trastorno de control de impulsos" porque "sabía lo que quería y lo que hacía".

"PELIGROSIDAD".

En la presentación de la conclusiones finales, el abogado de la defensa expresó que el deseo de la familia del acusado es que sea internado y reciba tratamiento psiquiátrico porque "debe ser vigilado y controlado". En ese sentido, el letrado afirmó que "subsiste la peligrosidad en él" y, por ello, no se ha pedido su libertad, sino el ingreso en un centro para enfermos mentales durante 7 años.

Además, la defensa mantuvo su petición de que se considere el crimen como un homicidio ya que, en su opinión, no hubo ensañamiento ni alevosía. Asimismo, insistió en que "no está acreditada" la existencia de una agresión sexual ni tampoco el robo, ya que la mujer conservaba sus pendientes cuando fue encontrado su cadáver. "Fue un ataque brutal cuyo móvil sólo está en la cabeza del acusado, y es ahí donde hay que indagar", precisó.

Por su parte, el Ministerio Fiscal mantuvo la petición de 35 años de prisión por asesinato, agresión sexual y robo con violencia, y solicitó que se tengan en cuenta los agravantes de premeditación, alevosía y ensañamiento. A ese respecto, el fiscal afirmó que "hubo una situación de sometimiento" de la víctima al agresor, que incluso "llegó a poner de rodillas" a la mujer antes de matarla.

La acusación particular también mantuvo su petición de condena, que se eleva a 45 años de cárcel, por asesinato, agresión sexual, robo con violencia y detención ilegal. Así, el letrado manifestó que María del Carmen Casal estuvo sometida a "cinco horas de terror", en las que el acusado ejerció sobre ella tocamientos y acciones de "sadismo".

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