El Ararteko plantea que, además de las mesas, se cree un tercer espacio en el que las víctimas tengan un papel destacado

Este foro, que implicaría a ciudadanos, partidos e instituciones, buscaría "la regeneración democrática" y del tejido moral

Europa Press Nacional
Actualizado: sábado, 20 mayo 2006 14:30
BILBAO, 20 May. (EUROPA PRESS) -

El Ararteko Iñigo Lamarca, propone que, además de las dos mesas que se pretenden crear para consolidar el proceso de paz y normalización (una ETA-Estado y otra de partidos), se genere "un tercer espacio" en el que las víctimas "ocupen un papel destacado".

En un artículo publicado en la revista 'Bake Hitzak' (palabras de paz) de Gesto por la Paz, recogido por Europa Press, Lamarca plantea que este foro debe "afrontar la tarea titánica de interiorizar profundamente los valores de respeto a los derechos humanos" y considera que en él deben participar "la sociedad entera" los partidos, así como las instituciones y administraciones "concernidas por la cuestión".

Además, indica que, en este espacio, "es de justicia que las víctimas de la violencia terrorista" -incluyendo a familiares y amigos de las personas asesinadas, así como a las personas "que han sobrevivido a la amenaza de muerte y a la coacción"-, ocupen "un lugar destacado como protagonistas voluntarios que han sido de un ataque salvaje y cruel contra los valores democráticos".

De esta forma, las víctimas portarían sus testimonio y sus propuesta con el fin de que se reconozca "el grado de responsabilidad que hemos tenido los vascos en no haber puesto fin tras el advenimiento de la democracia a la violencia con fines políticos", como ocurrió en Cataluña con Terra Lliure.

El defensor del pueblo vasco considera que el objetivo es "regenerar el tejido moral de la sociedad vasca" para "hacerlo inmune a la violencia".

VICTIMAS DE LA 'GUERRA SUCIA'

Iñigo Lamarca también cree que en este espacio "de regereración democrática" deberían participar "activamente" las víctimas de la denominada 'guerra sucia' contra ETA, en referencia al GAL.

"Querer situarnos en posiciones avanzadas en la defensa y respeto de los derechos humanos implica, desde luego, abogar y trabajar por unas instituciones autoexigentes con niveles máximos de calidad democrática, donde no quepa sombra alguna de duda sobre el respeto radical de los derechos humanos en los ámbitos de actuación de los poderes públicos", añade.

Tras emplazar a "no descargar la responsabilidad de esas tareas" sólo en las instituciones, llamó a la participación e involucración activa de toda la sociedad, "de cada uno de los hombres y mujeres que conformamos esta sociedad llena de heridos aún sangrantes".

A su juicio, el compromiso político, social e institucional de la erradicación de la violencia y el valor de la no violencia "serán elementos básicos en las sociedades democráticas avanzadas y signo inequívoco de civilidad". "Por el contrario, países y sociedades que no hayan sido capaces de desterrar la violencia de su seno serán calificados como primitivos, bárbaros y no democráticos", concluyó.

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