Atentado.- García-Gasco afirma que los minutos de silencio no ocultan la "inoperancia" de "quienes pactan con el terror"

Actualizado: miércoles, 5 diciembre 2007 19:06

VALENCIA, 5 Dic. (EUROPA PRESS) -

El cardenal arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, afirmó hoy en su carta semanal que "los minutos de silencio que tanto han servido para poner de manifiesto el rechazo al terrorismo no pueden ser noticias para tapar la inoperancia y las veleidades de quienes pactan con el terror", según informaron hoy desde el Arzobispado.

Bajo el título 'El derecho a la vida es inviolable', el purpurado añadió en su misiva que "el terrorismo no puede condicionar la vida política de los españoles" y "los políticos no pueden ceder al chantaje del terror porque es una espiral creciente". Según el cardenal, "cada agujero de impunidad, cada vacío legal, cada condescendencia política con los terroristas, se convierte en un boquete que hunde a familias enteras, a pueblos y a la misma sociedad".

Igualmente, continuó, "cada asesinato de los terroristas es una gravísima ofensa a Dios y a los hombres", por lo que exhortó a los fieles católicos a "levantarse pacífica pero decididamente contra estas plantas venenosas y contra los que abonan y les suministran oxígeno".

En este sentido, García-Gasco apuntó que, "además de predicar, de propagar la cultura de la vida con sólidos fundamentos, los católicos tienen la obligación de colaborar con las instituciones que asisten a las víctimas del terrorismo político". "Sí a la vida, sin medias tintas, ni pactos con el diablo de la muerte", sentenció.

Por otra parte, el cardenal defendió en su carta que "una auténtica cultura de la vida garantiza también el derecho a venir al mundo a quien estando concebido aún no ha nacido" y calificó de "indigno, antihumano y escandaloso" negar el derecho a la vida a quienes sufren una discapacidad mental o física.

García-Gasco se refirió así a los "casos detectados de clínicas y hoteles en que se abortaba en España a seres a punto de nacer", lo que, a su juicio, "no hace sino confirmar que el mal, la cultura de la muerte, tiene un efecto y una dinámica expansiva".

Así, el purpurado lamentó que "España se ha convertido durante años en el abortadero de Europa, en el país de la 'ley coladero' --dijo-- se empieza abortando a seres de pocos días o semanas y se acaba abortando a un ser a punto de nacer". Una situación que describió como una "pendiente resbaladiza, comprobada también en la eutanasia".

El derecho a la vida "no puede ser un artículo teórico o programático en la Carta Magna; no puede ser una mentira en la Constitución Española", sino que "todos tenemos la obligación de convertirlo en una realidad", puntualizó.

Para el cardenal, "nadie sobra en este mundo" sino que por el contrario, "Dios quiere a cada uno", como pone de manifiesto el "mensaje de esperanza que nos regala el Papa Benedicto XVI en su última encíclica", concluyó.