MÁLAGA, 28 May. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a un total de 25 años de prisión a dos rusos declarados por un jurado popular culpables de un delito de homicidio por acabar con la vida de otro a base de golpes y con una puñalada, hechos que sucedieron en junio de 2005 en el rellano de la casa de la víctima en la localidad malagueña de Fuengirola.
Se declara probado, según la sentencia a la que tuvo acceso Europa Press, que uno de los acusados estaba en la terraza de un bar llamado 'Los tres leones', ubicado en la calle Reyes Católicos de dicha localidad, donde tuvo una fuerte discusión con la víctima, a la que amedrentó diciéndole que "le iba a matar". Esta pelea se repitió momentos después.
El acusado se fue a su domicilio donde se encontraba el otro procesado, a quien contó lo ocurrido y ambos se dirigieron a la casa de la víctima, que abrió la puerta, momento en el que le agredieron con golpes y luego, uno de ellos, le asestó una puñalada que le causó la muerte. El Tribunal entiende que ambos actuaron sabiendo la situación de desventaja de la víctima.
Para su veredicto de culpabilidad, al que llegaron por unanimidad, los jurados tuvieron en cuenta el propio reconocimiento de los hechos por parte de los acusados, en especial al intervenir en el derecho a la última palabra; así como los testimonios de agentes de Policía y de testigos presenciales.
Concurre, según la sentencia, la agravante de abuso de superioridad, por la propia declaración de los procesados que reconocieron que "en todo momento estaban de acuerdo en lo que estaban haciendo", corroborado por el hecho de que el primero fue a por el segundo para ir a la casa de la víctima y atacarle.
El fiscal rebajó de 34 a 25 años de cárcel la petición de prisión para ambos, acusándoles de homicidio en lugar de asesinato, como hacía inicialmente, al entender que la muerte se produjo tras una pelea y que el fallecido tuvo oportunidad de defenderse, aunque estuviera en desventaja numérica.
A esto, se adhirió la defensa de los procesados, tras reconocer los hechos los propios acusados, quienes en el turno de última palabra pidieron perdón y señalaron que vinieron "con su familia y sus hijos para trabajar". Los procesados tendrán que indemnizar a la familia del fallecido con 200.000 euros.
