SANTANDER, 9 Nov. (EUROPA PRESS) -
El titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Santander ha impuesto multas de entre 2.000 y 900 euros y la retirada del permiso de conducir a tres conductores que dieron positivo en la prueba de la alcoholemia. Uno de los condenados ya lo había sido en otras tres sentencias anteriores y estaba pendiente de entregar su carné.
Según recoge la primera sentencia que condena a Ignacio G.A, éste circulaba sobre las 10.10 horas del pasado 4 de noviembre por la calle Amos de Escalante dirección a la calle Jesús de Monasterio de Santander, haciéndolo bajo los efectos de una ingestión alcohólica precedente, por lo que tenía mermadas sus facultades psicofísicas con la consiguiente lentitud de reflejos y reducción del campo visual que limitaban gravemente en el acusado su aptitud para el manejo de vehículos a motor. A consecuencia de ello, circulaba irregularmente, a una velocidad muy lenta y con las luces de emergencia puestas, haciendo frenadas bruscas.
Al observar esta circunstancias, efectivos de la Policía Local se acercaron al vehículo y le dieron el alto, apreciando en el acusado síntomas de embriaguez como fuerte olor a alcohol, ojos brillantes, habla pastosa, o no mantener bien la verticalidad y descoordinación de movimientos, con comportamiento desafiante hacia los agentes. Sometido a la prueba de alcoholemia dio resultado positivo de 0.99 y 0.99 mg/l de alcohol por litro de aire respirado. Invitado a someterse a la prueba de extracción de sangre, el acusado rehusó.
Por estos hechos, el acusado ha sido condenado, como autor de un delito contra la seguridad del tráfico, a 140 días de multa, a razón de 7 euros, lo que hace un total de 980 euros, y a las privacion del derecho de conducir durante doce meses.
TRES CONDENAS.
Una segunda sentencia del mismo magistrado ha condenado a otro conductor, Rubén T.T, quien, sobre las 21.00 horas del pasado 31 de octubre conducía por la calle Floranes de Santander, haciéndolo bajo los efectos de una ingestión alcohólica precedente, por lo que tenía mermadas sus facultades psicofísicas con la consiguiente lentitud de reflejos y reducción del campo visual que limitaban gravemente en el acusado su aptitud para el manejo de vehículos a motor. A consecuencia de lo cual, circulaba irregularmente.
Al observar estas infracciones, agentes de la Policía Local le pararon, apreciando en el acusado síntomas de embriaguez como fuerte olor a alcohol, ojos brillantes, o no mantener bien la verticalidad. Sometido a la prueba de alcoholemia dio resultado positivo, de 0,66 y 0,73 mg/l de alcohol por litro de aire respirado. Invitado a someterse a la prueba de extracción de sangre, el acusado rehusó.
Dicho conductor ya había sido ejecutoriamente condenado entre otros por el Juzgado de lo Penal número 1 de Valladolid por un delito contra la seguridad del tráfico a una pena de multa y privación del permiso de conducir de un año y un día; por sentencia del mismo Juzgado y por igual delito a una pena de multa y privación del permiso de conducir de un año y un día, y por sentencia de fecha 24 de julio de este año por el Juzgado de Instrucción número 2 de Santander a la pena de privación del permiso de conducir por un año y 8 meses, cuya ejecución aun no se había iniciado al haber sido requerido para su entrega en fecha 6 de noviembre.
Ahora, el juez le ha condenado de nuevo, como autor de un delito contra la seguridad del tráfico, a la pena de seis meses de multa, a razón de cinco euros, lo que hace un total de 900 euros, y a la privación del derecho de conducir por 20 meses.
MULTA DE 2.000 EUROS.
Un tercer conductor, Ricardo O.G, ha sido igualmente condenado por un delito contra la seguridad del tráfico, a la pena de 200 días de multa, con cuota de 10 euros, lo que hace un total de 2.000 € y a veinte meses de privación del carné de conducir.
Los hechos por los que ha sido sentenciado dicho conductor, anteriormente condenado por un delito contra la seguridad del tráfico a una pena de multa y privación de conducir por 4 meses, ocurrieron sobre las 16.50 horas del pasado 31 de octubre, cuando circulaba por el Paseo Canalejas confluencia con Barrio Camino en Santander, haciéndolo bajo los efectos de una ingestión alcohólica precedente, por lo que tenía mermadas sus facultades psicofísicas con la consiguiente lentitud de reflejos y reducción del campo visual que limitaban gravemente en el acusado su aptitud para el manejo de vehículos a motor. A consecuencia de lo cual, circulaba irregularmente.
Efectivos de la Policía Local, al observar estas infracciones, le pararon, apreciando en el acusado síntomas de embriaguez como fuerte olor a alcohol, ojos brillantes, y habla pausada y repetitiva. Invitado a someterse a la prueba de alcoholemia dio un resultado positivo de 0.86 y 0,80 mg/l por litro de aire espirado, si bien rehusó someterse a la prueba de contraste.