Condenan a 5 años a un hombre que quemó la casa de su cuñada por culparla de romper con su pareja, en Málaga

Actualizado: miércoles, 24 enero 2007 15:25

MÁLAGA, 24 Ene. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a cinco años de prisión a un hombre por quemar la casa de su cuñada, con ésta y sus hijas de ocho y cinco años dentro, ya que la culpaba de la ruptura con su pareja. Además, se le prohíbe acercarse a la víctima, que ha tenido que cambiar el lugar de residencia, por el mismo periodo de tiempo.

Los hechos sucedieron, según la sentencia a la que tuvo acceso Europa Press, el día 4 de mayo del pasado año cuando el hombre, con iniciales M.M.F., que tiene condenas firmes por malos tratos, por amenazas y por delito de quebrantamiento de condenas, fue a la calle donde se encontraba la vivienda de su cuñada.

Según se declara probado, ya la había presionado anteriormente para que le dijera donde estaba su compañera sentimental, "pese a la orden de alejamiento" e, incluso, la había amenazado diciéndole: "te voy a prender fuego si no te vas de aquí, vete de la barriada, tú tienes la culpa de que tu hermana se haya ido, tu sabes dónde está, o me lo dices o te mato".

Así, una vez estaba en la puerta de la casa, la roció con gasolina y le prendió fuego posteriormente; aunque no llegó a propagarse debido a que la mujer se despertó por el olor a humo y pudo apagarlo con la ayuda de vecinos y familiares del acusado. En ese momento, éste dijo a la víctima: "A ver si os achicharráis", tras lo que se marchó.

La Sección Segunda de la Audiencia estima en su resolución la existencia de la atenuante analógica de alteración psíquica o enajenación mental, puesto que el procesado padece esquizofrenia paranoide que afecta a sus facultades intelectivas y volitivas pero disminuyéndolas sólo de forma parcial o "levemente". Además, se le condena por una falta de amenazas.

El acusado reconoció que estaba durmiendo y que acudió al lugar al oír voces, ya que vivía cerca de donde ocurrieron los hechos, según la sentencia, en la que se precisa que la víctima dudó de si el procesado estuvo allí esa noche porque estaba oscuro, pero sí que lo dijo en su denuncia y lo declaró en su primera comparecencia ante el juez de instrucción, ratificándolo en el juicio oral.

El Tribunal argumenta que estas dudas "surgen precisamente en el acto del juicio cuando la víctima comparece tras haber recibido insinuaciones para que retirase la denuncia", por lo que entiende que son consecuencia de su estado anímico de amedrentamiento", situación que llegó hasta el punto de que se tuvo que marchar de la barriada.