BARCELONA 3 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Tribunal Supremo ha confirmado los cuatro años y medio de prisión y una multa de 5.400 euros por un delito de falsedad documental para un guardia urbano que, en 2005, elaboró dos multas falsas contra un hombre con el que días antes había tenido un leve accidente de tráfico en el distrito de Sant Martí de Barcelona.
Sin embargo, le ha absuelto de un delito continuado de falsedad en documento oficial --por el que la Audiencia de Barcelona le condenó a una multa de 8.640 euros por coacciones-- porque, pese a reprochar la actitud arbitraria del procesado, F.C.M., la Sala Penal entiende que actuó correctamente al multar nueve veces a Francisco T.L. y una décima a su compañera sentimental, Carmen M.L.
"La tolerancia de las autoridades administrativas respecto a una conducta antijurídica no puede nunca actuar como fuente de legitimación", afirma el tribunal en referencia al acuerdo no escrito que permitía a los vecinos aparcar sobre el bordillo, mientras durasen las obras de urbanización, ya que no se había habilitado un aparcamiento para los residentes y se trataba de una zona industrial, apartada y con tráfico residual.
Los hechos se remontan a diciembre de 2005, cuando Francisco T.L. conducía el coche de Carmen M.L., en el que también estaba su hija disminuida psíquica, y se detuvo a pocos metros de su domicilio, en la calle Jaume Brossa, en el barrio de La Verneda i La Pau. La niña salió sin mirar y se dirigió hacia la furgoneta de la mujer, que conducía su hijo, por lo que la novia de éste salió corriendo e hizo parar al coche que se acercaba, que resultó ser del procesado, para evitar que atropellara a la menor.
A raíz del incidente, y en tan sólo 17 días, el acusado multó en nueve ocasiones a Francisco T.L. y una décima a Carmen M.L., aunque el afectado sólo llegó a pagar una de ellas, cuyo importe le fue devuelto poco después. También confeccionó otras dos denuncias --por las que ha sido condenado-- pero la fecha que aparece en ellas como el día de las infracciones, el afectado estaba en Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona).