La defensa del condenado a 24 años por asesinar a un matrimonio de Ayamonte (Huelva) recurre la pena ante el TS

Europa Press Nacional
Actualizado: miércoles, 28 mayo 2008 16:34

HUELVA 28 May. (EUROPA PRESS) -

El letrado encargado de ejercer la defensa de J.P.R.V., condenado a 24 años y cuatro meses de prisión por el robo y el asesinato de un matrimonio de ancianos en la localidad onubense de Ayamonte, ha presentado un recurso de casación ante el Tribunal Supremo (TS) al entender que la eximente incompleta por drogadicción estimada por la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Huelva "debería haber rebajado la pena en dos grados y no en uno, como finalmente se hizo".

En este sentido, el abogado explicó en declaraciones a Europa Press que el tribunal "no ha justificado por qué se le rebaja un grado y no dos", lo que, según dijo, conllevaría que la condena de 24 años de prisión impuesta a J.P.R.V., mayor de edad y con antecedentes penales, se pudiera rebajar a alrededor de 15 años --la Fiscalía onubense solicitó durante la vista oral 45 años de cárcel--.

Así, precisó que el recurso de casación interpuesto ante el Tribunal Supremo "no busca la absolución" del condenado, sino la rebaja de la pena en torno a nueve años, confiando de este modo en que el TS "tenga en cuenta el recurso", pues la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Huelva "no ha justificado en ningún momento por qué rebaja la condena sólo en un grado y no en dos", en cuyo caso cada delito de asesinato se castigaría con un máximo de siete años y medio de prisión.

La Sección Primera condenó en su día al acusado a once años y dos meses de cárcel por cada uno de los dos delitos de asesinato y a otros dos años de prisión por el robo con uso de medio peligroso, además de obligarlo a abonar a la nieta del matrimonio 126.061 euros.

La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, considera probado que sobre las 23.30 horas del 20 de octubre de 2005 el procesado se dirigió al bloque número 4 de la avenida de Narciso Martín Navarro, en cuyo primer piso trabajaba como limpiador en una clínica de acupuntura, mientras que en el piso situado en la segunda planta vivía la pareja asesinada, a quienes el acusado conocía "porque había trabajado ocasionalmente para ellos".

El fallo judicial relata que el condenado "creía que en casa de este matrimonio podría encontrar dinero o algún objeto de valor que llevarse en su provecho", por lo que abrió el portal, entró en el edificio y se pasó por la clínica de acupuntura, "donde se hizo con una banqueta de estructura metálica conformada por un peldaño de madera forrado de goma", con la que subió hasta la vivienda ocupada por los dos asesinados.

Así, la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, indica que el acusado llamó y abrió la puerta la mujer, momento en el que "con la banqueta que llevaba la golpeó en la cabeza dejándola momentáneamente aturdida", tras lo que pasó al interior de la vivienda y llegó hasta el dormitorio del matrimonio. Allí descansaba el marido, que fue también golpeado por el procesado con la banqueta que empuñaba.

LA BANQUETA, "ROTA" POR LOS GOLPES.

El matrimonio, "aterrorizado", no pudo hacer otra cosa que tratar de huir y pedir auxilio, pero ambos fueron nuevamente golpeados, momento en el que el acusado registró "precipitadamente" el dormitorio "en busca de algo de valor, no reparando en un billete de 20 euros que estaba sobre la mesa del salón pero llevándose un libro de pastas marrones, encuadernado como una cartera y con dos fotografías familiares".

A continuación, el condenado salió del edificio, llevando todavía en la mano restos de la banqueta, "rota por la fuerza de los golpes propinados", mientras que el matrimonio fue ingresado en sendos centros hospitalarios de la capital onubense, donde fallecieron al día siguiente de los hechos "como consecuencia de las heridas sufridas".

En este sentido, el anciano sufrió entre seis y diez heridas inciso-contusas en la cabeza y hasta seis heridas en ambas manos y en el hombro derecho, mientras que su esposa sufrió, al menos, siete heridas en cabeza y cara con importantes fracturas óseas y el estallido del globo ocular, falleciendo ambos fundamentalmente por las heridas en la cabeza.

La sentencia concluye apuntando que, mientras se procedía a registrar el domicilio del acusado, éste se presentó en las dependencias de la Policía Local de Isla Cristina y manifestó que deseaba entregarse, explicando que "ya me he buscado la ruina y me da todo igual...he matado a dos y vengo a entregarme".

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