MALAGA, 4 Feb. (EUROPA PRESS) -
El nuevo director de la cárcel malagueña de Alhaurín de la Torre, Antonio Guerrero, aseguró que la operación 'Malaya' no ha puesto en jaque la seguridad de la prisión ni ha afectado a la imagen del centro penitenciario. Asimismo, dijo que tampoco alteró su funcionamiento en cuanto a capacidad de las infraestructuras, ya que la entrada de los detenidos se produjo "de forma escalonada".
En las tres fases de la operación, que comenzó en marzo del pasado año, han sido detenidas unas 80 personas, de las que 27 ingresaron en prisión. Ahora, sólo quedan en la cárcel de Alhaurín el abogado Manuel Sánchez Zubizarreta y el concejal Rafael González, que aunque ingresó por 'Malaya', actualmente cumple condena por el caso 'Proinsa'.
Guerrero afirmó que el caso no ha repercutido en la imagen del centro "ni bien ni mal, sino que simplemente ahora nos conocen más" debido a la repercusión en los medios de comunicación del caso, por el que fue detenida prácticamente toda la corporación municipal de Marbella. Aseguró en declaraciones a Europa Press que la posible presión mediática fue "sólo mientras han estado aquí los imputados, pero en el momento en el que se van, no se habla más".
Rechazó que surgieran problemas que repercutieran en la seguridad por ese seguimiento de los medios ni por algunos episodios como la grabación de imágenes de algunos de los imputados en la operación, como es el caso del presunto cerebro de la trama, Juan Antonio Roca, a quien además se le retiraron unos cuadernos; o el ex alcalde marbellí Julián Muñoz, imágenes que resultaron no ser del ex regidor sino de otro preso.
CUADERNOS DE ROCA
El director del centro penitenciario señaló que, en el caso de los cuadernos requisados a Roca, "se ha hablado de agendas y no es así, porque había apuntes y muchos dibujos de la prisión y sus instalaciones". Insistió en que esas libretas contenían "datos de funcionarios y sus turnos, y biografías de presos".
Esos cuadernos fueron enviados al juez que instruye el caso, Miguel Ángel Torres, quien al no encontrar relación con la causa los envió a un juzgado de Málaga, que tras tomar declaración a Roca, archivó las diligencias abiertas. En este sentido, explicó que "nosotros lo vemos desde un punto de vista y los jueces desde otro" y apuntó que "si no hay delito, que se lo devuelvan".
Aseveró que se le retiraron los cuadernos "por precaución" y precisó que "se ha dicho por parte de los abogados que se ha violado el derecho a la intimidad y el derecho de defensa, cuando no es verdad". "Con nombres de funcionarios y croquis de la prisión no se prepara una defensa, me parece", apuntó Guerrero que entonces era director de Seguridad de la cárcel y que "ahora, como director, opino lo mismo".
Manifestó que en la cárcel "hay derecho a la intimidad pero con un límite, porque tenemos que hacer cacheos y controles" y añadió que ocurre lo mismo con el resto de los internos, incluso a los que se les permite tener un ordenador para sus estudios, puesto que "tenemos la obligación de mirar el disco duro y si vemos algo anormal, se lo retiramos".
Sobre las imágenes grabadas de Roca y de un interno que se vendieron como que eran de Julián Muñoz, lamentó que fueron sacadas del recinto "por un preso en el que habíamos depositado cierta confianza al disfrutar de permisos", aún así, "se le registró al salir". Respecto al libro escrito por un funcionario de la prisión, con un prólogo de Muñoz, el director de la cárcel aseguró que no ha intervenido porque "el funcionario lo tiene todo controlado".
