Dos años de cárcel para la acusada de golpear al expresidente Areces

Vicente Álvarez Areces
EUROPA PRESS
Actualizado: jueves, 3 mayo 2012 13:55

OVIEDO, 3 May. (EUROPA PRESS) -

La mujer, cuya identidad responde a las iniciames V.S.T., acusada de propinar un manotazo en la cabeza al expresidente del Principado de Asturias Vicente Álvarez Areces en el verano del año 2010, durante la celebración de la XXIII edición de la Semana Negra, ha aceptado este jueves una pena de dos años de prisión, el pago de una multa de 360 euros y una indemnización de 300 euros para Álvarez-Areces.

La vista oral, que estaba señalada este jueves, a las 10.30 horas, en la Sección Octava de la Audiencia Provincial, con sede en Gijón, no se llegó a celebrar al aceptar los hechos. Asimismo, la madre de la acusada, C. H. T. F., ha aceptado una multa de 90 euros por tratar de impedir la detención de su hija mordiendo en la mano a un agente del Cuerpo Nacional de Policía, y el pago de una indemnización de 30 euros al Policía.

La Fiscalía de Área de Gijón solicitaba inicialmente una condena de cuatro años de prisión y el pago de una multa de 1.920 euros para una acusada de propinar un manotazo en la cabeza al expresidente.

El Ministerio Público sostiene que, sobre las 16.20 horas del 9 de julio de 2010, con motivo de la celebración de la XXIII edición de la Semana Negra de Gijón, llegó el Tren Negro a la estación de la Plaza del Humedal, en el que viajaba, entre otros, el entonces presidente del Principado de Asturias, Vicente Álvarez Areces, en el ejercicio de las funciones propias de su cargo.

MANOTAZO SIN LESIÓN

Con carácter previo, se había establecido en el lugar un cordón de seguridad, ya que se habían concentrado muchas personas pertenecientes a distintos colectivos sociales. Entre ellas se encontraba la acusada V. S. T., la cual, además de increpar a Álvarez Areces, le dio un manotazo en la cabeza, sin llegar a causarle lesión alguna.

En el curso de la detención, y mientras la acusada era conducida al vehículo policial, su madre, C. H. T. F., para tratar de impedir la detención de su hija, llegó a morder en la mano a un agente del Cuerpo Nacional de Policía, sin que estuviera ningún día impedido para sus ocupaciones habituales. No le quedaron secuelas.