Economía/Teleco.- La UE acusa a las empresas concesionarias de poner en riesgo la puesta en marcha de Galileo

Actualizado: jueves, 15 marzo 2007 18:38

La firma del contrato de concesión lleva un retraso de casi un año y medio

BRUSELAS, 15 Mar. (EUROPA PRESS) -

El vicepresidente de la Comisión y responsable de Transportes, Jacques Barrot, alertó hoy de que las empresas concesionarias de Galileo, entre las que se encuentran las españolas Hispasat y AENA, están incumpliendo los compromisos que asumieron al hacerse con el contrato, y podrían retrasar o incluso poner en riesgo la puesta en marcha del sistema europeo de radionavegación por satélite, cuya ambición es competir con el norteamericano GPS.

Barrot escribió una carta a la presidencia alemana de la Unión Europea, a los ministros de Transporte de los Veintisiete y a las ocho empresas que forman el consorcio --además de las españolas, EADS, Alcatel-Lucent, Thales, Finmeccanica, Immarsat y Teleop-- en la que asegura que "los retrasos acumulados y la ausencia de cualquier signo de progreso en las negociaciones del contrato de concesión deben considerarse como un riesgo para la entrega del proyecto en el plazo que preveíamos". "Peor aún, deberíamos temer importantes incrementos de los costes que podrían ir mucho más allá del presupuesto previsto", añadió.

"La carta pretende hacer sonar todas las alarmas sobre la situación de Galileo y del consorcio", señaló el portavoz de Transportes de la Comisión, Michele Cercone. Aseguró que "todavía se está a tiempo de evitar repercusiones graves" y para ello el vicepresidente del Ejecutivo comunitario pedirá el próximo 22 de marzo un mandato a los ministros de Transportes de los 27 para examinar la situación y proponer soluciones que desbloqueen el actual impasse. "No queremos culpar a nadie, sólo queremos conocer las razones de estos retrasos y ver cómo se pueden superar los problemas", subrayó el portavoz.

En su misiva, Barrot recuerda que la Comisión otorgó el contrato de Galileo al consorcio ganador, que es el resultado de la fusión de las dos ofertas finalistas, con tres condiciones: que mejorara la oferta, que creara una entidad única con autonomía para actuar como único interlocutor de la autoridad supervisora, y que designara a un directivo que hable en nombre del consorcio.

"En estos momentos no se ha respetado ninguna de estas condiciones y al mismo tiempo estamos registrando una serie de retrasos en la firma del contrato de concesión y esto nos lleva a pensar que estos retrasos podrían afectar al despliegue de Galileo", explicó Cercone. La firma del contrato estaba prevista para finales de 2005 y ahora sólo es concebible como muy pronto a finales de 2008.

1.500 MILLONES DE LA UE.

Durante las negociaciones del contrato, las empresas han dejado además claro que esperan que el sector público asuma una mayor cuota de riesgo en el desarrollo del proyecto de lo que inicialmente se había pactado. La UE se ha comprometido a aportar 1.500 millones de euros a la fase de desarrollo, mientras que el sector privado debería contribuir con 3.000 millones, dos tercios del total.

Hasta ahora sólo se ha lanzado 1 de los 30 satélites con los que contará Galileo, en diciembre de 2005, mientras que la puesta en órbita del segundo satélite experimental se retrasará probablemente a principios del año que viene debido a "problemas técnicos", según apunta Barrot en su carta. La puesta en funcionamiento del sistema estaba prevista para el año 2010.

El ministro de transportes alemán, Wolfgang Tiefensee, ya se reunió el pasado 23 de febrero en Berlín con las empresas del consorcio para hacerles llegar su malestar y exigirles que presenten propuestas para salir de la actual situación de bloqueo en las negociaciones del contrato de concesión. "Las compañías implicadas están amenazando seriamente la puesta en marcha del sistema de satélites de Galileo", alertó Tiefensee a la salida del encuentro.

COMPETENCIA DE CHINA.

Otra cuestión que preocupa a la Unión Europea es el plan de China de desplegar su propio sistema de radionavegación por satélite, que podría amenazar todavía más la rentabilidad del proyecto comunitario, concebido primordialmente para uso civil a diferencia del GPS estadounidense. Además, el sistema de satélites chino interfiere con una frecuencia de Galileo que va a destinarse al uso de los Gobiernos, y el Gobierno de Beijing rechaza sentarse a negociar.

También queda por decidir la sede de la autoridad supervisora de Galileo, a la que opta Barcelona y otras 10 ciudades. Los ministros de Transporte de la UE no lograron ponerse de acuerdo el pasado 12 de diciembre y la presidencia entonces finlandesa reclamó que se privilegie a las candidaturas de los países de la ampliación --Ljubljana (Eslovenia), La Valetta (Malta) y Praga (República Checa)--, tal y como decidieron los líderes europeos en la cumbre de diciembre de 2003.