Ecuador lamenta que la reacción a los desahucios comience "cuando la gente está empezando a suicidarse"

Actualizado: martes, 13 noviembre 2012 22:46

QUITO, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -

El ministro de Exteriores ecuatoriano, Ricardo Patiño, ha aplaudido la decisión de la Asociación Española de Banca (AEB) de paralizar los desahucios en casos de extrema necesidad y las iniciativas emprendidas en los últimos días, pero ha lamentado que ésta y otras reacciones lleguen "cuando la gente está empezando a suicidarse".

Ecuador sigue de cerca la evolución de la situación económica en España especialmente por los efectos que está teniendo para sus ciudadanos emigrados. Incluso ha facilitado asesoría jurídica gratuita a los afectados por los desalojos, unos 8.000 según los cálculos que baraja Quito.

El propio presidente ecuatoriano, Rafael Correa, se reunió en marzo con grupos de expatriados en Murcia y Madrid y calificó de atentado contra los Derechos Humanos los desahucios.

A las críticas se sumó la semana pasada la abogada general del Tribunal de Justicia de la UE (TUE), Juliane Kokott, quien dictaminó que la ley española de desahucios vulnera la normativa comunitaria por no garantizar una protección eficaz de los consumidores frente a posibles cláusulas contractuales abusivas en las hipotecas.

Patiño ha calificado de "paso adelante" resoluciones de este tipo y ha subrayado, en declaraciones a la agencia de noticias oficial ANDES, que echar a las personas de sus casas atenta contra el derecho a una vivienda y "a tener una familia en condiciones mínimas de dignidad".

Sin embargo, ha advertido de que cualquier medida que se adopte llega tarde. "A buena hora la institucionalidad europea está planteando eso. ¡Qué lástima que comience a reaccionar cuando la gente está empezando a suicidarse!", ha reprochado.

Ecuador cuenta con una ley por la que, en caso de desahucio, la deuda contraída con la entidad bancaria queda anulada una vez entregada la casa si se trata de una primera vivienda cuyo coste no supera la equivalencia a 500 salarios mínimos --292 dólares en 2012--.