ETA ataca al corazón del turismo de Mallorca haciendo estallar tres artefactos explosivos en Palma

Actualizado: lunes, 10 agosto 2009 0:41


PALMA DE MALLORCA, 9 Ago. (EUROPA PRESS) -

La banda terrorista ETA atacó este domingo el corazón del turismo de Mallorca haciendo estallar tres artefactos en la Pizzería Rigoletta de la barriada costera de es Portixol de Palma, en el restaurante Enco, situado en el barrio costero de El Molinar y en las galerías comerciales existentes bajo la Plaza Mayor de la capital balear, los cuales no causaron ninguna víctima, pero sí cuantiosos daños materiales.

El caos en la capital balear comenzó a las 12.30 horas cuando se produjo una explosión en el Bar Nica, situado en el número 29 de la Avenida Conde de Sallent que, en un primer momento, fue atribuida a una fuga de gas metano o de un aire acondicionado, si bien hasta mañana no se conocerá si se trata de un artefacto explosivo, cuando los TEDAX puedan acudir al lugar exacto de la explosión, ubicado en los lavabos, que se encuentran en el sótano del establecimiento.

Precisamente, la banda terrorista ETA realizó una serie de llamadas confusas a las 11.00 horas a Radio Taxi de Guipúzcoa, a los bomberos de la localidad mallorquina de Calviá y a un teléfono de servicio público de Andalucía, en las que advertía de la colocación de una serie de artefactos sin indicar claramente en qué zonas podían estar ubicados los mismos.

Esta desinformación provocó que a la policía no le diera tiempo de desalojar la Pizzería Rigoletta, donde pasadas las 14.20 horas, un artefacto de escasa potencia explosionó en los baños de señoras, mientras cerca de 40 personas se encontraban en el lugar comiendo, si bien no hubo daños personales, dado que en el momento de la explosión, los servicios estaban vacíos.

Los vecinos y trabajadores del restaurante afirmaron haber oído un "petardazo muy fuerte" en el interior del establecimiento que provocó la caída de varias placas del falso techo de escayola, las que se encuentran entre la zona destinada al personal y las oficinas.

Así lo manifestó en declaraciones a Europa Press una trabajadora de la comunidad de vecinos del edificio afectado, Maribel Calle, quien se encontraba en el lugar en el momento de la explosión y que precisó que la vecina del piso que se encuentra situado sobre el local que ocupa la pizzería le comentó que "notó cómo se movía el sofá, por lo que salió a la ventana asustada".

Por otro lado, otra de las vecinos destacó que el artefacto pudo haber causado una tragedia, debido a que segundos antes de la explosión, la hermana del dueño del restaurante había acudido al servicio de señoras. Así, en el momento en el que explotó la mujer había salido ya del baño.

Mientras, un padre y sus dos hijos que habían acudido a comer a la pizzería, señalaron que notaron la explosión al moverse el suelo del restaurante y, posteriormente, surgió un fuerte olor a pólvora y humo procedente de los servicios. Por su parte, los camareros de los cuatro establecimientos adyacentes acudieron con extintores para apagar las llamas, aunque finalmente no fue necesaria su intervención.

Tras la explosión, acudieron numerosos agentes de la Policía Nacional, que desalojaron los cinco restaurantes situados en esta zona de el Portixol, así como una zona de la playa enfrente del lugar de los hechos, en la que se encontraban más de 200 personas.

PLAYAS VACÍAS

Una hora más tarde, explotó otro artefacto, también de escasa potencia, en los baños del cercano Restaurante Enco de Es Molinar, aunque en esta ocasión sí que pudo ser desalojado, al igual que se hizo con varios locales de los alrededores y con la playa de esta zona de Palma, que quedó en pocos minutos vacía de bañistas (entre 300 y 400 en el momento del atentado), aunque se podía apreciar numerosas toallas y sombrillas que habían quedado en el lugar, debido a la rapidez del desalojo.

Precisamente, a las 16.00 horas acudió al lugar el fiscal jefe de Baleares, Bartomeu Barceló, y la fiscal de guardia Pila Dorrego, quienes permanecieron en el lugar durante dos horas inspeccionando la zona del atentado, de cara a iniciar la investigación judicial. Barceló esperó que pese al "duro golpe" de estos atentados, los ciudadanos "tengan sentido común y no se dejen amedrentar por una banda de matones".

Uno de los camareros de un restaurante cercano al lugar del atentado, comentaba abatido que es "lamentable" para el turismo balear este tipo de ataques en plena temporada estival, cuando la zona de El Molinar de Palma, donde el 80 por ciento de los visitantes procede del Reino Unido y Alemania.

"Llevo bastantes años en esta zona y nunca había vivido una situación como ésta", subrayó, al tiempo que recordó la importancia que en estos momentos tienen los medios de comunicación, ya que, en función de cómo traten los ataques de ETA, "pueden hundir o favorecer la imagen de Baleares".

Por otra parte, el tercero y el último artefacto de ETA confirmado explotó pasadas las 18.00 horas en los baños de las galerías comerciales que se encuentran en los subterráneos de la Plaza Mayor de Palma, una de las principales arterias de la capital balear, donde se encuentran decenas de comercios y un supermercado de Eroski. En este caso, tampoco se produjeron víctimas, ya que los domingos esa zona no registra actividad, debido a que todos los establecimientos permanecían cerrados.

Entre quienes se encontraban en las inmediaciones de la Plaza Mayor, expectantes ante la labor que estaban realizando los agentes policiales, estaba el propietario de una tienda de electrónica ubicada en las galerías comerciales de la zona, quien lamentó, en declaraciones a Europa Press, que los efectivos de seguridad no le dejasen acceder a los subterráneos, ya que "continúan investigando y no nos permiten acercarnos".

Mientras tanto, un vecino residente en la calle Sindicato, próxima a la Plaza, manifestó que pasaba por las inmediaciones cuando escuchó una "potente explosión". "Siempre bajo al centro comercial para comprar un refresco, y no quiero pensar qué hubiera pasado si hoy hubiera bajado a comprarlo. Estoy agradecido de seguir con vida", incidió.

"PENA DE MUERTE"

"Todos los etarras deberían acabar en la cárcel y que se estableciera pena de muerte para los terroristas", vociferaba otro de los ciudadanos que se encontraba en los alrededores de la Plaza Mayor, atento a lo que acontecía. "Vine corriendo desde la Plaza de España al enterarme de la explosión, y aquí estoy", enfatizaba.

La normalidad regresó a la Plaza Mayor en torno a las 20.45 horas, cuando se levantó el cordón policial y los ciudadanos pudieron pasear con tranquilidad por la zona. Momentos antes habían abandonado el lugar, dentro de sus vehículos oficiales, el presidente del Govern, Francesc Antich, el delegado del Gobierno, Francesc Antich, y el alcalde accidental Eberhard Grosske.

No obstante, durante esta tarde también hubo una falsa alarma, cuando el portero del Hotel Palacio Avenida de Palma, ubicado en la Plaza España, consideró "sospechosas" tres maletas que estaban aparentemente abandonadas en el vestíbulo del establecimiento.

Más tarde, se desalojó el Bar Niza, que se encuentra justo enfrente del hotel, pero, al final, ambas situaciones resultaron falsas alarmas que no tuvieron consecuencias de ningún tipo.

Estos tres atentados se produjeron dos semanas después de que ETA asesinara el pasado 30 de julio en la localidad palmesana de Palmanova a dos jóvenes agentes de la Guardia Civil, tras colocar en los bajos de su vehículo una bomba lapa que segó sus vidas, atentado que ayer mismo fue reivindicado por la banda terrorista en su último comunicado.

Precisamente, el delegado del Gobierno, Ramón Socías, compareció esta tarde en una rueda de prensa en la que no descartó que los autores de este nuevo ataque sean los mismos que asesinaron en Palmanova a Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvà y que, por tanto, continuarían en la isla, pese a la 'Operación Jaula' puesta en marcha el pasado 30 de julio.