FAGO (HUESCA), 21 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los vecinos de la localidad altoaragonesa de Fago continúan a la espera de que se convoque la asamblea vecinal que debe decidir quién reemplaza en el puesto de alcalde al primer edil fagotano, Miguel José Grima Masiá, asesinado el 12 de enero en la carretera comarcal que une Fago con Majones.
Numerosos habitantes del Valle de Ansó, donde está enclavada Fago, participaron en la concentración de repulsa por el asesinato celebrada ayer, sábado 20 de enero, en el jardín de la Casa Consistorial de Fago, donde se dio lectura a un manifiesto, dos cartas públicas de amigos de la víctima e intervino el alcalde de Echo y presidente del Consorcio de los Valles, Luis Gutiérrez.
Durante una semana, la localidad de Fago se ha visto inundada de periodistas, redactores gráficos y técnicos de las principales cadenas de televisión de España, entes televisivos autonómicos, cadenas de radio y medios escritos, lo que ha despertado las quejas de algunos vecinos, especialmente preocupados por la imagen que ofrecía el pueblo a ojos de las audiencias, al no haberse concretado, todavía la autoría material e intelectual del asesinato.
La próxima semana vence el plazo que tienen el teniente de alcalde, Enrique Barcos, y el secretario municipal para convocar la asamblea vecinal de este municipio, que se rige por el sistema de Concejo Abierto, de tal manera que son los vecinos con derecho de sufragio activo y pasivo (elegir y ser elegido) los que deciden los temas. No hay presencia efectiva de partidos políticos ni hay Grupos Municipales, aunque Grima era del PP y en alguna ocasión ha habido candidatos del PSOE.
Una vez se convoque la asamblea, se abrirá un periodo hasta su celebración de entre 15 días y un mes desde la fecha de convocatoria. La asamblea vecinal deberá proclamar los candidatos, que se postularán como tales ante la asamblea y, después, deberán elegir al nuevo alcalde. La Ley de Administración Local de Aragón prevé diversos mecanismos para la elección del alcalde, así como la Ley Electoral española, aunque en último término Fago, municipio independiente durante siglos, podría iniciar un expediente de incorporación a su vecina y capital del valle, Ansó, ahora gobernada por el nacionalista Enrique Ipas (CHA).
NOCTURNIDAD
Miguel Grima fue asesinado por uno o varios individuos cuyas identidades se desconocen, por ahora, en un recodo de la carretera comarcal que une Fago con Majones, que solía tomar el alcalde fagotano y adonde llegó en la noche del viernes de la semana pasada, 12 de enero, después de participar en una reunión del Consejo Comarcal de La Jacetania, cuya sede está ubicada en la misma calle de la estación de tren por la que pasa, diariamente, el conocido 'canfranero', en la ciudad de Jaca.
Es probable que alguien controlara el momento en que salió Grima del único aparcamiento de que dispone la sede de la comarca jacetana, desde donde se puede salir hacia el centro de la ciudad o tomar la variante con destino a Huesca, Sabiñánigo o el valle del Aragón, vecino a los de Echo y Ansó. La juez de Jaca ha decretado el secreto de sumario.
Al parecer, Grima se detuvo en el municipio de Majones para comprar pan y reemprendió su viaje hacia Fago. En un recodo de la carretera que bordea el barranco de San Cristóbal (o barranco de Fago) los autores del asesinato colocaron unas piedras, que no han sido localizadas, aunque estaban colocadas antes de la llegada de Grima y, de hecho, otro conductor se topó con ellas, se detuvo, las retiró y prosiguió.
La Guardia Civil no ha hecho público, exactamente, el procedimiento por el que Grima fue asesinado, efectivamente, si bien el vehículo, localizado horas después en una pista forestal de la localidad de Berdún, presentaba un cristal delantero roto. Días después del asesinato, el arcén del tramo donde murió continuaba presentado restos de cristales, además de gotas de sangre.
Los asesinos arrastraron el cadáver, que recibió un disparo de postas antes de su muerte, lanzados con una escopeta de caza, y lo empujaron por la cuneta, aunque la presencia de un 'chaparro' y de un 'sargueral' (zarzal) impidieron que el cadáver cayera al fondo del barranco. Una de las circunstancias del asesinato es que el punto en que fue lanzado el cuerpo no es la zona más profunda del barranco, según pudo comprobar visualmente Europa Press, circunstancia que ha dado pie a especulaciones, ya que metros antes del pequeño túnel de esta carretera, bajo la 'Cueva de los gabachos', el barranco tiene más altura y presenta mayor maleza.
Miguel Grima era un zaragozano de acomodada posición que se trasladó a Fago hace unos 20 años, donde residía con su esposa y regentaba una casa rural de alto nivel, dotada incluso con una suite, así como una empresa de fabricación de bobinas. Allí vivía con su mujer y era alcalde desde 1999, por el Partido Popular.
Grima tenía un carácter que ayer, sábado, sus amigos calificaron de "frontal" y exigente. En cualquier caso, mantuvo numerosas disputas con algunos de sus vecinos durante años, con denuncias en los tribunales, hasta llegar a la cuarentena de juicios, algunos de los cuales había ganado. La relación entre los vecinos no era buena y de hecho había 'bandos' u 'opiniones', como señalaba ayer un vecino.
