MADRID, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -
El senador del PP y ex presidente de Alianza Popular, Manuel Fraga, alertó hoy en el Congreso del "peligro tremendo" de romper los equilibrios que estableció la Constitución a través de reformas estatutarias como la catalana. Por su parte, el que fuera líder del Partido Comunista de España (PCE), Santiago Carrillo, recalcó que sólo la unidad voluntaria hace de España un "país irrompible" porque es la "la unidad forzada" la que puede acabar rompiendo España.
Así lo aseguraron durante sus intervenciones en las jornadas "30 años después de aquel gran día, 15 de junio de 1977", que ha organizado la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP) en el Congreso con motivo del aniversario de las primeras elecciones democráticas.
Fraga aseguró que el Título VIII de la Carta Magna, relativo a las autonomías y que motivó que AP no apoyara la Constitución, alcanzó el "punto exacto" en materia territorial y ahora se quiere "ir más lejos" con las reformas estatutarias, algo que, a su juicio, es "una equivocación".
A su juicio, "no se puede tocar la Constitución en su equilibrio por la vía de la reforma de los Estatutos", porque de esta forma, añadió, se rompe el principio de solidaridad y puede acabar siendo "un peligro tremendo".
En contexto, y tras recordar la polémica creada en Cataluña con las tres horas de castellano, el senador del PP achacó este tipo de "problemas" al "peligro" que supone "hacer Estatutos como el catalán", un texto que, según dijo, "no ha entusiasmado nada". "Uno de cada cinco catalanes votó el Estatuto y los otros cuatro votaron playa", ironizó.
REVISIONES ESTATUTARIAS "SIN ENFRENTAMIENTO".
Le replicó Santiago Carrillo, que admitió que, al hablar del título VIII de la Carta Magna, hay pocas coincidencias entre la izquierda y la derecha, dado que la primera apuesta por el federalismo frente al sistema centralista que defiende la derecha.
Dicho esto, y tras subrayar que Cataluña y Euskadi tienen "particularidades históricas y propias muy arraigadas", avisó de que una "unidad forzada, más pronto o más tarde, podría acabar rompiendo España". "La unificación forzada cada vez nos separa más en el fondo. Sólo la unidad voluntaria aceptada democráticamente es la unidad que puede hacer de España un país irrompible", proclamó.
Para el ex secretario general del PCE, "la revisión de los Estatutos debe hacerse sin ningún tipo de enfrentamiento" y con "la mayor liberalidad posible". Eso sí, admitió que la Constitución del 78 es "muy progresista" y, de hecho, indicó que en un momento como el actual, en el que domina la ideología neoliberal, no se habría conseguido un texto fundamental de este tipo.
También participó en este debate el diputado socialista José María Benegas --elegido parlamentario en las elecciones de 1977--, para afirmar que no puede decirse que la Constitución se quedara "corta" en el Título VIII porque permite transferir a las comunidades autónomas competencias exclusivas del Estado. Además, se felicitó por las "correcciones" introducidas en el Estatuto catalán a su paso por las Cortes.
Los tres políticos también tuvieron tiempo de mostrar su satisfacción por aquellas primeras elecciones democráticas. Carrillo confesó que, con 62 años, fue la "primera vez" en su vida que ejerció el derecho de voto. "Me sentí por primera vez ciudadano de este país", comentó.
Fraga destacó los "esfuerzos" realizados por todos, que han permitido situar ahora a España entre las diez primeras potencias del mundo y añadió que después de 30 años no se puede "volver a empezar con historias de nuestro pasado lamentable", como "algunos quieren", en referencia a la denominada Ley de la Memoria Histórica.
"GUERRA DE ESQUELAS".
Previamente, en otra conferencia-coloquio, el presidente de la Comisión Constitucional, Alfonso Guerra, también sacó a colación la memoria histórica para defender el derecho de las familias a "recuperar su propia memoria" y "cicatrizar heridas".
Así, y tras asegurar que hay que tratar este tema "con mucha delicadeza", el socialista insistió en que no se puede "impedir que la gente tenga el deseo de recuperar a sus familiares, que no saben donde están".
Sin embargo, lamentó que se llegue a "extremos exacerbados de utilización política". "Estoy de acuerdo con la no utilización política pero no se puede impedir que una persona quiera recuperar su propia memoria histórica y personal", enfatizó.
Durante su alocución, censuró "la guerra de esquelas" que se produjo el pasado verano cuando el Gobierno presentó el proyecto de Ley que amplía derechos a las víctimas de la Guerra Civil y la dictadura. "Me pareció una cosa de Buñuel, poco convincente y poco conveniente", espetó Guerra. También criticó el "espectáculo" de las esquelas el que fuera ministro con UCD, Rodolfo Martín Villa.
En la conferencia, Guerra, Martín Villa, y Macià Alavedra --conseller de de Jordi Pujol durante la Transición-- coincidieron en elogiar las actuaciones que se realizaron, que que permitieron dar estabilidad a España.
El veterano socialista proclamó que España "ha cambiado mucho" y "afortunadamente no se parece a la España de hace 30 años". Por su parte, el ex ministro de UCD definió la Transición como "una experiencia extraordinariamente positiva" en la que "todos" ganaron, frente a la Guerra Civil en la que perdieron todos.