MADRID, 14 Jun. (EUROPA PRESS) -
El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón comunicó hoy a 12 de los 32 de los detenidos en la "Operación Tigris", desarrollada por la Policía en junio de 2005, su procesamiento como responsables de la captación y adoctrinamiento de personas para convertirse en "mujahidines" y enviarlos a Irak. Cinco de los procesados ya fueron detenidos en su día por el juez instructor de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, Juan del Olmo.
El magistrado entregó hoy en persona el auto de procesamiento a 12 de los 14 imputados que estaba previsto que comparecieran hoy en el Juzgado Central de Instrucción número 5, ya que los abogados de otros dos no se presentaron. El resto de los presuntos miembros de la "Operación Tigris" comparecerán ante Garzón el próximo día 29 para que les sea comunicado su procesamiento.
Fuentes jurídicas indicaron que la mayoría de los imputados se negaron a declarar ante Garzón y los que accedieron a contestar sus preguntas lo hicieron para negar los hechos de los que se les acusa en el auto de procesamiento.
No obstante, todos ellos deberán depositar ante este juzgado la cantidad de 3.000 euros para hacer frente, de ser finalmente condenados, a las eventuales responsabilidades pecuniarias que pudieran fijarse en la sentencia, "debiéndose constituir fianza bastante o embargo de bienes o declaración de insolvencia".
Según el auto de procesamiento, la "red Tigris" se articula en cuatro grupos perfectamente definidos en Madrid, Barcelona, Valencia y Ceuta, además de un grupo mixto con miembros de Madrid y Barcelona en torno la la figura de Mohamed Larbi Ben Sellam, para quien la Fiscalía pide 27 años de cárcel en el juicio que actualmente se celebra en la Audiencia Nacional por los atentados en Madrid. Ahora se le procesa por hechos posteriores a la masacre.
La instrucción realizada por el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 concluye que la red "Tigris" estaba vertebrada con un objetivo común, que era el envío de "mujahidines" desde la Península Ibérica a Irak, con el objetivo añadido, en el grupo de Ceuta, del tráfico de armas y de drogas.
COMUNICACIÓN POR 'E-MAIL'
Los integrantes de las "células" se comunicaban a través de un amplio entramado de correos electrónicos mediante los que se transmitían instrucciones, claves o consignas, además de apoyo financiero. También utilizaban los 'e-mail' para coordinarse con sus líderes en Siria y Marruecos, representados específicamente por Filali Ouali en el Reino Unido, que fue quien puso en marcha esta red.
Garzón añade que utilizaban un sistema de "microfinanciación" por medio de delitos comunes, tráfico de estupefacientes, aportaciones en especie (teléfonos móviles) o con pequeñas cantidades remitidas directamente a los miembros de la red "jihadista" que lo precisaban para obtener los fines propuestos.
Del total de procesados, 19 lo han sido por un delito de integración en organización terrorista, mientras que el resto son acusados de colaboración. A dos de ellos también se les imputan delitos de falsificación, y a Abdelbarie Sahane de tráfico de estupefacientes.
ÓRDENES DE CAPTURA
Del total de procesados, seis de ellos se encuentran huidos. Se trata de Muhsin Kahybar, Abd-Al-Hay-Al Assas, Filali Ouali, Khaled Abidi, Jamal Lamnonar y Niyaz Valiakhmetov, para quienes Garzón ha dictado las correspondientes órdenes de busca y captura internacional a efectos de extradición.
Trece de los procesados deberán seguir en prisión preventiva (Samir Tahtah, Said El Mazmouzi, Ridouane El Ouarma, Dirss Belhadi, Kamal Ahbar, Yaogoub Guemereg, Mohamed Larbi Ben Sellam, Tarek Hamed Hamu, Mohamed El Idrissi, Bilal El Saiti, Omar Hamed, Mostapha Mohamed Abdeselam y Abdelmalik Abdeselam Amar), mientras que Garzón ha acordado la libertad de otros cuatro bajo fianza de 6.000 euros (Mostapha Filali, Abdelbarie barie Dahane, Abdelatif Nakkabi y Abdenneri Esebar), siempre que se comprometan a presentarse semanalmente en el juzgado más próximo a su domicilio y no abandonen España.
Otros nueve de los detenidos en esta operación seguirán en libertad provisional. Se trata de Fouad Dkikar, Hassan Amrani Boukhorza, Mohamed Saad, Farouk Abidi, Mohamed Saadi, Younes Raheb, Ahmed El Assas, Mostafa Roumane y Omar Boulaich Lyazide.
Entre los indicios contra ellos Garzón destaca los análisis de los grupos de inteligencia policiales, sus declaraciones, reconocimientos fotográficos, el resultado de los registros practicados en cada uno de los domicilios, el de las comisiones rogatorias cursadas en esta causa y, especialmente, el contenido de los corremos electrónicos cruzados entre la mayoría de los componentes de la "red Tigris".
CONEXIONES 11-M
En la célula de Madrid, el representante más significativo era Raoumane, que prestaba cobertura al dirigente del grupo de Barcelona Filali Ouali a través de la cuenta de correo "Baracco". Otro de los miembros de esta célula, Boulaich, alertó a Ouali de que la policía podría estar investigándolo por el 11-M.
Garzón vincula a El Idrissi, que vivía en el barrio madrileño de Villaverde, con Larbi Ben Sellan, quien llamó al primero desde Barcelona y le pidió dinero tras huir de la capital tras la masacre de marzo de 2004. Ambos intercambiaron correos, se vieron en Barcelona y después se citaron en Villaverde Alto, donde El Idrissi entregó a Ben Sellam 200 euros para que pudiera viajar a Irak.
Cuando en sus conversaciones ambos hablaban de "montar en el taxi para ir a Francia" querían decir, "trasladarse a Irak para realizar un acto suicida"; y cuando hablaban de "ir al trabajo" se referían en realidad a "cometer una acción terrorista suicida", según concluye el juez instructor en su auto.
Por su parte, Hassan Amrani Boukhorza acogió a Ben Sellam en su domicilio de la calle Magnolias de Sabadell conociendo que éste había huido de la policía por su vinculación con el 11-M y le guardó CD'S con contenidos 'jihadistas' adquiridos en Maruecos.
Otra de las las principales figuras de la red en España era Abidi, que firmaba sus correos como Abbas, que remitió diferentes transferencias bancarias a Dahane por importes que variaban de los 150 a los 500 euros
EN CEUTA
En Ceuta, el principal responsable de la red "Tigris" era Tarek Hamed Hamu, que utilizaba un correo con el nombre de Federico Azurmendi Etxeberría. La investigación ha acreditado una intensa relación entre Hamu y Ouali, y que el primero facilitó su cuenta de correo electrónico a un tal Abdelah, que no es otro que Mohamed Afalah, uno de los presuntos autores materiales del 11-M que huyó tras los atentados y que podría haberse inmolado en Irak.
En los pisos registrados en Ceuta se encontraron numerosas armas, libros de contenido 'jihadista' y fotografías en las que Tarek aparece ungido con henna en manos y rostro "como ritual que se interpretaría como paso previo a la aceptación del martirio (Shadid) y para ser redimido de sus culpas anteriores", según Garzón.