ZARAGOZA, 24 Sep. (EUROPA PRESS) -
El catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad Carlos III y ex presidente del Congreso de los Diputados, Gregorio Peces-Barba, consideró hoy que las relaciones bilaterales entre el Estado y las Comunidades autónomas son "un error". Además, sobre las discrepancias entre Comunidades, como la aragonesa y la valenciana, en relación con las inversiones en la Expo de Zaragoza y en la Copa América, Peces-Barba recordó que ésta es una situación que "siempre ha ocurrido".
A pesar de reconocer que "no tengo suficientes datos" sobre esta cuestión, Peces-Barba insistió en que "esta situación siempre ha ocurrido. Siempre que ha habido unidades de gasto y de ingreso esas unidades han querido todas tener cantidades similares", indicó. No obstante, sobre las relaciones bilaterales entre Estado y Comunidades autónomas, el catedrático estimó que "es un error y los males --las discrepancias-- pueden venir de ahí".
En este sentido, Peces-Barba mostró su convencimiento de que "España es un estado funcionalmente federal", sólo funcionalmente "ya que no puede ser federal plenamente porque en España nunca ha habido soberanías que se unen, sino que los dos únicos soberanos que ha habido han sido el Rey y el pueblo".
Así, "este es un país que ha sido siempre unitario y que con el Estado de las autonomías ha descentralizado la soberanía, pero eso nos lleva a que es funcionalmente federal y a que no es prudente, a mi juicio, que haya relaciones bilaterales entre el Estado y una Comunidad autónoma", porque esas relaciones pueden generar problemas entre comunidades.
Gregorio Peces-Barba ofreció hoy una rueda de prensa en Zaragoza, en la sede social de Caja Inmaculada con motivo de su participación, esta tarde, en la primera conferencia del ciclo 'CAI en el siglo XXI. La Ética', ciclo en el que el profesor analizará las relaciones entre 'Ética y política'. Durante la rueda de prensa, el ex presidente del Congreso de los Diputados analizó diversas cuestiones de actualidad, como el reciente abandono de Rosa Díez del Partido Socialista, su relación con las víctimas del terrorismo o el debate suscitado en torno a la asignatura Educación para la Ciudadanía.
ROSA DÍEZ.
Respecto a la baja como militante del Partido Socialista de Rosa Díez, el catedrático Gregorio Peces-Barba consideró que "tenía que haberse ido mucho antes", dado que mantenía unas "fuertes discrepancias" con los planteamientos del partido.
"Lo decente era irse antes, no cuando acaba la legislatura", porque "si se discrepa radicalmente con un partido" hay que marcharse, reiteró. "Yo he discrepado muchas veces pero no he sentido la necesidad de irme", pero cuando se siente "hay que irse", pero "no por una cuestión de estrategia" sino por una cuestión "moral". Rosa Díez forma parte ahora del partido político, Unión, Progreso y Democracia (UPD).
EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA.
Por otra parte, sobre la polémica generada en torno a la asignatura Educación para la Ciudadanía, Peces-Barba observó que "los enemigos" de esta asignatura "no han arrastrado todo lo que pensaban que iban a arrastrar" para poder retirar los contenidos de la asignatura.
Ante las criticas vertidas, apuntó que "no se pueden dar versiones sesgadas", porque "se ha hablado mucho del artículo 27.3 de la Constitución española", en el que se afirma el derecho de los padres a que sus hijos reciban una formación religiosa y moral acorde con sus propias convicciones, pero "no se cita el artículo 27.2", en el que se indica que "la educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales".
Para Peces-Barba "en realidad las discrepancias son muy pequeñas", pero el "derecho del Estado" a impartir una asignatura como esta es "indudable". "Lo que harán" en algunos centros privados será explicar la materia eliminando de los contenidos temas como el matrimonio homosexual, el aborto o el divorcio, aunque así, "cerrarán los ojos ante la realidad de las cosas". Por ello, "la oposición" a esta asignatura "es ridícula y lleva al fracaso".
VÍCTIMAS DEL TERRORISMO.
Gregorio Peces-Barba fue, entre los años 2004 y 2006, Alto Comisionado para el Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, tras ser respaldado por los diputados del Congreso para ocupar ese cargo. En su labor como Alto Comisionado "me he sentido muy a gusto con las víctimas", porque "hemos resuelto algunos temas que estaban sin resolver", entre ellos, las indemnizaciones para los afectados por el incendio del Hotel Corona de Aragón de Zaragoza --12 de julio de 1979--. "Impulsé un nuevo plazo para que se reabriese" el periodo de indemnizaciones, recordó.
Asimismo, "ahondamos en el tiempo, porque habían quedado víctimas del terrorismo sin proteger", víctimas de atentados ocurridos en el extranjero --como el Sahara-- y "todo eso fue recogido" mientras Peces-Barba ocupó su cargo.
También "abrimos un camino para las víctimas españolas en el extranjero, tras el atentado en la Casa de España en Casablanca", porque "antes de que yo llegara se podían proteger a las víctimas españolas si estaban en juego los intereses de España, y eso me produjo escándalo --aseguró-- porque que mayor interés para España puede haber que la muerte de un ciudadano español".
Respecto a su relación con las víctimas, el catedrático recordó que en las asociaciones hay más personas "que sus presidentes, y mi relación con las víctimas ha sido muy buena". Además, aún cuando han existido discrepancias con algunas víctimas, "no me he sentido molesto por la gente, pero sí por la actitud del Partido Popular" en esta materia. Peces-Barba recordó que en el PP "tengo dos buenos amigos: el recientemente fallecido Gabriel Cisneros, y Manuel Fraga".
Sobre las víctimas del terrorismo, "creo que consideraban (el PP) el mundo de las víctimas como un mundo de su propiedad y se demostró que ese mundo no es de nadie, que no es de ningún partido", aseveró. Desde que cesó en su cargo como Alto Comisionado para el Apoyo de las Víctimas del Terrorismo ese puesto no ha sido ocupado, pero se ha creado una Dirección General de Apoyo a las Víctimas para seguir cumpliendo esas funciones.
