Instituciones Penitenciarias quiere que todas las prisiones cuenten con 'módulos de respeto' en el año 2009

Actualizado: sábado, 22 septiembre 2007 11:35

MADRID, 22 Sep. (EUROPA PRESS) -

La Dirección General de Instituciones Penitencias quiere que todas las prisiones españolas cuentes con los denominados 'módulos de respeto', orientados a facilitar la reinserción de los presos en la sociedad, en el año 2009. En la actualidad, ya son diez los centros penitenciarios que aplican este sistema y otros veinte lo harán en los próximos meses.

La prisión de Mansilla de las Mulas (León) comenzó en el año 2001 a desarrollar un nuevo programa en el que los internos aceptan una serie de responsabilidades y acceden a unos "módulos intermedios" en los que se fomentan las relaciones interpersonales, la responsabilidad y la participación activa y directa en el funcionamiento diario del centro.

Según explicó el jueves la directora general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, durante su visita a la prisión de Mansilla, ésta es una experiencia "que marcará un antes y un después" en el sistema penitenciario. A su juicio, la implicación de los reclusos es "la clave del éxito" de este método que crea "lugares de convivencia pacífica" en los que se desarrollan programas de tratamiento y ofrecen a los internos recursos formativos, laborales y sociales.

Debido al éxito de los 'módulos de respeto' en la prisión leonesa, el sistema se comenzó a exportar a todo el país y en la actualidad ya son diez los centros penitenciarios que cuentan con, al menos, un módulo de respeto. Además, otras veinte cárceles de diferentes provincias la Península han realizado cursos de formación y aprendizaje de este sistema y comenzarán su aplicación en los próximos meses.

Las cárceles que ya aplican este sistema son las de Alicante II, Algeciras (Cádiz), Málaga, Topas (Salamanca), el psiquiátrico de Alicante, Teixeiro (A Coruña), Albolote (Granada), A Lama (Pontevedra) y Pereiro de Aguiar (Ourense).

CONSOLIDARSE Y HACERSE IRREVERSIBLE.

Gallizó subrayó que la intención de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias es que este método "se convierta en una realidad" en todo el sistema penitenciario español dentro de dos años y conseguir que la fórmula "se consolide y se haga irreversible".

La directora general explicó que los módulos de respeto suponen un "espacio de convivencia" que se apoya en la responsabilidad de los presos, el trabajo en grupo, la participación activa, la aceptación de unas reglas de convivencia "y un estilo de vida pro social", para lo que el centro de Mansilla se ha convertido en una referencia "tanto nacional como internacional".

El ingreso de un recluso en un 'módulo de respeto' es siempre voluntario y para ello tienen que firmar un contrato conductual en el que se comprometen a acatar una serie de normas. En ellos está prohibido cualquier acto de violencia así como la posesión y consumo de drogas, además se deben seguir reglas estrictas de limpieza tanto en las celdas como en los espacios comunes y se debe formar parte de grupos de tareas que colaboren en el funcionamiento del centro.

Por ello, cualquier preso puede ser expulsado del módulo temporal o definitivamente por la iniciación de un expediente disciplinario, negarse a someterse a controles periódicos de tóxicos o no realizar las tareas que tiene asignadas. Cada interno tiene un horario diario en el que están detalladas todas sus actividades funcionales, formativas y de ocio.

CONFIANZA EN LAS PERSONAS.

El director de la prisión de Mansilla, José Manuel Cendón, indicó que ocho de los módulos que conforman esta cárcel ya son módulos de respeto en los que reside más del 60 por ciento de su población reclusa. Para él, este sistema se basa en la "confianza en las personas" y sobre unos principios fundamentales como la voluntariedad, la preparación para la vida en el exterior, la actividad y la participación.

Emilio C., uno de los internos en los módulos de respeto de Mansilla, subrayó la importancia de este programa para adquirir unos hábitos de conducta de disciplina. "Venimos de una vida de desorden y aquí venimos a ordenarnos", reconoció tras explicar que cada interno "pone su granito de arena" y asegurar que "se vive muy diferente que en las cárceles convencionales, mucho más cómodo y con más respeto".

En este mismo sentido, Franciso M. explicó que en los módulos de respeto "se está en la cárcel en otras condiciones" y destacó la importancia de la organización y rutina que se adquiere en ellos. Viorel M., procedente de Rumanía, explicó que en estos módulos "la gente está más tranquila sin pensar en los conflictos".

Sin embargo, los internos también desvelaron algunas críticas como "la falta de medios" para desarrollar las labores que proponen en sus asambleas semanales o la necesidad de una mayor implicación de la Administración tras su puesta en libertad. "Que no se olviden de nosotros una vez que se haya acabado la condena", reclamó José Ramón L.