MÁLAGA 11 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un jurado popular declaró hoy a un hombre culpable de un delito de homicidio por acabar de forma "intencionada" con la vida de su compañera sentimental con la que vivía en el mismo domicilio a pesar de tener una orden de alejamiento, por lo que también se le considera culpable de un delito de quebrantamiento.
Los hechos sucedieron el día 1 de enero de 2006 en el domicilio en el que residían en Marbella (Málaga), cuando la golpeó de forma reiterada por todo el cuerpo y, luego, con una prenda de ropa, tapó fuertemente la boca y la nariz hasta acabar con su vida por asfixia.
Los miembros del Tribunal entendieron probada la culpabilidad del acusado por su propia declaración en el juicio oral, en la que reconoció los hechos, como ya hizo en el momento en el que ocurrieron ante los agentes de Policía Nacional que lo detuvieron, a los que dijo que la había matado porque le pedía dinero por mantener relaciones sexuales.
Asimismo, consideraron probado que quebrantó la orden de alejamiento por su propio testimonio y por el de una de las agentes de la Policía Nacional que declaró ayer, quien ratificó que ambos residían en la vivienda en la que ocurrieron los hechos.
El jurado se opuso al indulto por reincidencia del acusado en delitos de violencia doméstica, ya que, según la misma agente, tenía otra denuncia por parte de una pareja distinta a la fallecida. Asimismo, se opuso por las mismas razones a posibles beneficios de condena.
PETICIONES DEFINITIVAS.
Tras la lectura del veredicto, el fiscal pedió una pena de 10 años de prisión por el delito de homicidio y de seis meses por el de quebrantamiento, con la atenuante de confesión; petición a la que se adhirieron tanto la acusación popular, ejercida por la Junta de Andalucía, como la defensa, en virtud del principio de acuerdo adoptado con anterioridad.
El ministerio público rebajó ya en sus conclusiones definitivas la pena solicitada inicialmente, que era de 17 años y medio de prisión por un delito de asesinato y de un año por el otro. La indemnización de 200.000 euros reclamada para los herederos se mantiene, y se añade la prohibición de acercarse a la familia de la víctima por tiempo de 10 años.
El hombre declaró ayer que ambos habían mantenido una relación durante ocho años, en los que habían tenido muchas peleas, y precisó que aunque sabía que tenía una orden de alejamiento, volvió a la casa para vivir juntos por la "insistencia" de ella. "Se lo dije, que no podía, pero me decía que no podía dejarla sola en las fiestas y volví", señaló.
A preguntas del fiscal, reconoció que el detonante de la violencia pudo ser que le pedía dinero por mantener relaciones sexuales y le trataba "como un chulo", aunque señaló que la fuerte discusión que mantuvieron durante todo el día de Año Nuevo comenzó porque "salí varias veces y la dejé sola y ella era muy celosa".
El acusado no admitió haberle dado una paliza estando aún viva, pero sí aseguró que la asfixió con un alza cuello de un abrigo de ella, tras lo que le hizo varias veces el boca a boca. Como aún así no respiraba, supuso que estaba muerta, se asustó y salió a la calle, desde donde llamó a la Policía y confesó los hechos.
Los agentes que acudieron al lugar desde donde les avisó aseguraron que les narró todo lo ocurrido y que estaba muy nervioso, pero que en ese momento no mostró arrepentimiento. No obstante, al final de su declaración, el acusado sí aseguró estar "totalmente arrepentido" de lo que hizo.
La mujer presentaba, según dijo uno de los policías, hematomas por todo el cuerpo, tenía la cara "destrozada" por una "brutal paliza", signos de lucha, como pelos en las manos, y estaba desnuda.