MADRID, 14 Ene. (EUROPA PRESS) -
El ponente de la Constitución Gregorio Peces-Barba se despidió hoy de la Universidad defendiendo su concepción del Derecho basada en un "positivismo corregido" y contraria al Derecho natural : "Ninguna concepción del bien puede pretender el monopolio de la verdad", afirmó.
Peces-Barba impartió hoy su lección jubilar, con el título "Reflexiones sobre la Justicia y el Derecho", en el Aula Magna de la Universidad Carlos III de Getafe (Madrid), abarrotada de estudiantes y profesores, así como asistentes del mundo político y académico.
En primera fila le escucharon el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, a cuyo departamento perteneció Peces-Barba cuando desempeñó el cargo de Alto Comisionado para las Víctimas del Terrorismo (entre 2004 y 2006) nombrado por Zapatero.
Al acto asistieron también el presidente del Congreso de los Diputados, Manuel Marín; la presidenta del Tribunal Constitucional, Maria Emilia Casas; el presidente del Consejo de Estado, Francisco Rubio Llorente y el presidente de la Comisión Constitucional del Congreso, Alfonso Guerra, así como los alcaldes de Getafe y Leganés, los rectores de las Universidades madrileñas y miembros de la Academia de Ciencias Morales y Políticas a la que pertenece Peces-Barba.
El ex rector de la Universidad reflexionó sobre los conceptos de Justicia y del Derecho haciendo referencia a positivistas -defensores de que el Derecho es independiente de la moral-- como Hans Kelsen y Norberto Bobbio, para declarse partidario de un "positivismo corregido" que sí tenga en cuenta los valores.
"Siempre he considerado, a diferencia de Kelsen, que los valores forman parte del concepto del Derecho, al responder éste no sólo las preguntas formales quién manda y cómo se manda, sino también a los contenidos del Derecho, qué se manda. Eso permitirá hablar de positivismo corregido, pero de ninguna manera de iusnaturalismo, sean cuales sean sus fundamentos racionales o teológicos, con Dios como razón última de la verdad y de la Justicia", afirmó.
Peces-Barba consideró que "la ética pública que marca la legitimidad del poder y la justicia del Derecho" se configura históricamente y "va conformando un bloque de ideales que identifican a la democracia que se enriquecen con la prática y con otras aportaciones que tienen como fundamento y como límite la dignidad humana y la conciencia cuando esas normas afectan a las creencias más profundas".
En la misma línea, opinó, citando al profesor Elías Díaz, que la "orientación racional" se apoya "en el principio de las mayorías", pero añadió "con algunas limitaciones que afectan a los derechos fundamentales y a sus límites, al respeto a las minorías".
LA CATEDRA NO ES PARA DEMOAGOGOS
En su lección jubilar, Peces-Barba reflexionó también sobre el carácter y la personalidad del docente, para subrayar que "la cátedra no es para los demagogos ni para los profetas". Los motivos del profesor, recalcó, deben ser "desinteresados" y todo el que trate de modificar las conclusiones de una investigación por razones políticas, morales, religiosas o patrióticas debe ser excluido "de la categoría de profesores dignos".
Para el profesor, prosiguió, no vale absolutamente ni el pensamiento comprometido ni el neutral, y la neutralidad "debe ceder ante los resultados de la ciencia".
Recalcó además la importancia del "talante" del verdadero profesor, a diferencia de quienes muestran una "alta apreciación de sí mismos" y desprecio por los demás.