Piden 42 años de cárcel para un joven por violar tres veces y estrangular a una anciana de 87 años en su casa

Actualizado: martes, 27 noviembre 2007 19:24

El fiscal señala que esta "manifestación de maldad humana es difícilmente concebible para cualquier persona"

BARCELONA, 27 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Fiscalía pidió hoy un total de 42 años de cárcel para un joven acusado de allanar la casa de una anciana de 87 años, vecina de Sant Vicenç dels Horts (Barcelona) y con graves limitaciones físicas, a la que después presuntamente violó tres veces y estranguló hasta la muerte con sus propias manos.

En la Sección Décima de la Audiencia de Barcelona se celebró hoy el juicio contra Mohamed C., marroquí de 24 años, para quien el Ayuntamiento de Sant Vicenç dels Horts, en calidad de acusación popular, pide también 42 años de cárcel por un presunto delito de asesinato, otro de violación y otro de allanamiento de morada.

Además de la pena de prisión, la Fiscalía solicitó que el acusado indemnice a los tres hijos de la víctima, María Vicenta F.P., con 60.000 euros. Las acusaciones, por otra parte, reclamaron que Mohamed C. permanezca en la cárcel el límite máximo legal de cumplimiento, 30 años de prisión.

El crimen ocurrió la noche del 19 de diciembre de 2005, cuando el acusado presuntamente escaló hasta la terraza de la planta superior de la vivienda de la víctima, en la calle Ribot de Sant Vicenç dels Horts. Según las acusaciones, Mohamed C. forzó la puerta de acceso a la casa y fue hacia la planta baja, donde María Vicenta F.P. dormía.

En ese momento, el acusado supuestamente abordó a la anciana, cuya capacidad para moverse era extremadamente limitada, y la violó de forma reiterada mientras le golpeaba brutalmente por todo el cuerpo, provocándole varios hematomas y rompiéndole dos costillas. Tras este "regodeo en la realización del mal", en palabras del fiscal, Mohamed C. estranguló a María Vicenta F.P. hasta la muerte.

MÚLTIPLES PRUEBAS EN SU CONTRA.

El acusado, que también vivía en Sant Vicenç dels Horts cuando ocurrió el crimen, negó hoy rotundamente ser el autor de los hechos, ya que, según dijo, no está "loco para violar a una mujer de 80 años". "Soy joven, tengo 20 años, y puedo tener a todas las mujeres que quiera a mi alcance", afirmó.

Sin embargo, la cantidad de pruebas que sitúan a Mohamed C. en el escenario del crimen es abrumadora, tal y como quedó patente durante el juicio. De hecho, el fiscal señaló al final del mismo que hacía años que no veía "una manifestación tan evidente de la destrucción del principio de presunción de inocencia".

Para empezar, el semen y los pelos hallados en el cuerpo de la víctima --uno de ellos en el pubis-- se corresponden con el perfil genético del acusado, tal y como explicaron los expertos que examinaron las muestras. Según dijeron, la probabilidad de hallar otra persona en Sant Vicenç dels Horts con los mismos marcadores genéticos de Mohamed C. es "ínfima".

La Guardia Civil halló también en casa de María Vicenta F.P. una caja de cerillas con una huella del acusado y unas marcas de dedos en la pared de la vivienda por la que el autor del crimen descendió hasta la calle. Una de esas huellas indica que al asesino le faltaba un dedo en una mano y se da la circunstancia de que Mohamed C. perdió el dedo índice de la mano izquierda en un accidente laboral.

Además, los agentes encontraron en el domicilio sangre que se corresponde con el perfil genético del acusado, coincidencia que también se da en los restos biológicos hallados bajo las uñas de María Vicenta F.P. Pese a todo, el acusado pidió "que se investigue más" y se atrevió a decir que si encuentran pruebas en su contra se le aplique la pena de muerte.

Ante la actitud de Mohamed C., su defensa pidió la absolución insinuando que el acusado, que en el momento de los hechos no tenía donde vivir, pudo haberse instalado en la planta superior de la casa de la víctima sin que ésta se diera cuenta --ya que esa parte de la vivienda estaba deshabitada--, dejando así los vestigios encontrados.

Al parecer, el joven vivía con sus tíos, pero la relación se había deteriorado y le habían echado de casa, dejándole en la calle. Dos días antes del crimen, de hecho, la Guardia Civil le había detenido por entrar en casa de otro vecino de la localidad, quien finalmente no denunció los hechos.

Sin embargo, la posibilidad de que Mohamed C. hubiese ocupado la vivienda fue descartada por un hijo de la víctima, quien dos días antes del suceso había subido a la planta de arriba de la casa para comprobar que todas las ventanas estuvieran cerradas. "No es posible que alguien viviera arriba y que no lo escuchásemos", señaló otro de los hijos, que visitaba a su madre un mínimo de dos veces al día.

La defensa, por otra parte, alegó que el acusado sufría una "grave" adicción al alcohol que le hacía tener una actitud agresiva, extremo que no fue confirmado por los psiquiatras que le examinaron. Los expertos, en cambio, aseguraron que Mohamed C. "no presenta signos de enfermedad mental".

CRIMEN "REPUGNANTE" Y "DELEZNABLE".

En el trámite de informes finales, el fiscal destacó la "singular depravación" del crimen, que calificó de "repugnante" y "deleznable". Aseguró que lo ocurrido es "una manifestación de maldad humana difícilmente concebible para cualquier persona", y se preguntó "si todos pertenecemos a la misma especie", ya que el "regodeo" y esa "especie de lujo" demostrado por Mohamed C. "en la realización del mal" fue "absolutamente gratuito e inexplicable".

A la hora de justificar su petición de condena por asesinato, el fiscal recordó que Mohamed C. actuó "dominando absolutamente a la víctima", que estaba "en situación de desamparo". Además, la edad y las carencias físicas de María Vicenta F.P. "eliminaban cualquier posibilidad de defensa", ya que estaba casi impedida y hacía años que no podía salir de casa.