VALLADOLID, 22 May. (EUROPA PRESS) -
El ciudadano de origen polaco Josef M.B, juzgado en la Audiencia de Valladolid por un delito contra la salud pública, fue detenido el día 4 de diciembre de 2007 por agentes del Puesto de la Guardia Civil de Mojados tras haber sido denunciado por su propia pareja sentimental, quien tres días antes de la detención, además de incriminarle por un delito de violencia de género, aprovechó para poner sobre aviso a los agentes de que su supuesto agresor se dedicaba a vender droga que ocultaba en el coche.
El Ministerio Fiscal mantuvo su petición de siete años de cárcel para el procesado por delito de tráfico de drogas, con la agravante de reincidencia, y el pago de una multa de 40.000 euros, mientas que la defensa solicitó su libre absolución por entender que se vulneraron sus derechos fundamentales y, alternativamente, una pena de cuatro años en aplicación de la atenuante de drogadicción, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
Durante el juicio, y a falta de la versión del propio acusado, ya que se acogió al derecho a no declarar, los guardias que participaron en su detención relataron que ésta se produjo sobre las 18:10 horas del día 4 de diciembre del pasado año cuando Josef M.B, de 35 años y vecino entonces de Cuéllar (Segovia), se personó voluntariamente en el Puesto de Mojados en el que había sido citado para responder de una denuncia de violencia de género que tres días antes había interpuesto contra él su novia.
Sin embargo, el ciudadano polaco acabó detenido no por dicho delito sino por tráfico de drogas, ya que los agentes habían sido informados verbalmente por la denunciante de que su supuesto agresor venía dedicándose a la venta de drogas y que éstas acostumbraba a llevarlas, junto con armas, dentro del turismo que conducía.
HEROÍNA, COCAÍNA, CANNABIS Y UNA BALANZA.
Tales informaciones llevaron a los guardias a registrar el vehículo que el acusado había estacionado en un lateral del cuartel y en el que hallaron, oculta en el habitáculo del motor, una bolsa que contenía 173,6 gramos de cocaína y otras cantidades menores de la misma sustancia, heroína y cannabis sativa que llevaba junto al cenicero y en la goma de la palanca de cambios, así como una balanza de precisión escondida en el hueco del neumático de repuesto que portaba en el maletero y 372,50 euros.
"Al ser interrogado dijo que no sabía a quién pertenecía la droga puesto que el coche lo había comprado recientemente en un concesionario de Segovia", explicó el agente que se encargó de la instrucción del atestado y que, además, precisó que en el momento de la detención se percataron de que el denunciado tenía una requisitoria en vigor pendiente para su ingreso en prisión puesto que contaba con una condena anterior por tráfico de drogas pendiente de cumplir.
En la fase de conclusiones, la representante del Ministerio Fiscal mantuvo invariable su petición de pena por entender que las pruebas contra el acusado "son más que suficientes" y acreditan que la mercancía que portaba en el coche era de su propiedad, excedía de lo que normalmente se entiende para el autoconsumo y, por ende, no tenía otro destino que su venta a terceras personas.
Por su parte, el defensor denunció que la Guardia Civil vulneró los derechos fundamentales de su patrocinado en el momento de la detención, ya que le interrogó sin leerle antes los derechos y advertirle de la posibilidad de negarse a declarar, e incluso extendió las irregularidades cometidas por la Benemérita al registro, en su opinión ilegal, del vehículo por haberse efectuado sin la presencia del detenido.
"La invalidez del registro del coche no puede sino conducir a una sentencia absolutoria", incidió el defensor, quien llegó incluso a dudar de que la propiedad de la droga hallada en el vehículo pudiera atribuirse al acusado. "El coche estuvo casi una hora en la calle y ningún agente ha precisado si estaba cerrado o no, con lo que cualquier persona pudo haber dejado allí la mercancía", concluyó.