Un estudio de la Cátedra de Economía del Terrorismo de la Complutense apunta que el terrorismo callejero apoya las campañas de extorsión
MADRID, 1 Oct. (EUROPA PRESS) -
País Vasco y Navarra registraron 106 ataques de violencia callejera entre los meses de junio y agosto, es decir, en los tres meses posteriores a la ruptura formal del alto el fuego por parte de ETA. Esta cifra aparece en un estudio de la Cátedra de Economía del Terrorismo de la Universidad Complutense, al que ha tenido acceso Europa Press, que también señala a empresas de ambas comunidades autónomas como objetivo de las dos terceras partes de estos sabotajes.
Según el estudio, la preferencia de los jóvenes radicales por los ataques a las empresas se fundamenta en que "el terrorismo callejero es empleado como procedimiento de apoyo a las campañas de extorsión" a los dueños de las citadas empresas.
El 5 de junio pasado, la organización terrorista hizo público un comunicado en el que declaraba el fin del alto el fuego y consideraba abiertos todos sus "frentes". Ese mes, País Vasco y Navarra sumaron 42 sabotajes, que se redujeron a la mitad exacta en julio. Sin embargo, en agosto volvió a recrudecerse la violencia callejera alcanzándose la cifra de 43 ataques.
Las elecciones del 27 de mayo dieron lugar a la composición de nuevos ayuntamientos. La imposibilidad de la izquierda abertzale radical para presentarse en muchos municipios dio pie a una respuesta violenta de ese mundo y 18 de los 42 ataques registrados en junio tuvieron como objeto reuniones celebradas en los consistorios.
Con todo, el récord de estos sabotajes se lo llevaron las empresas, que en agosto sufrieron 21 ataques. Si a estos ataques se les añade los sufridos en las sedes de distintos partidos políticos y a sus representantes, contabilizan un total del 40 por ciento de la kale borroka registrada de junio a agosto.
MÁS DE UN MILLÓN EN DAÑOS.
Mikel Buesa ha calculado que el importe de los daños causados por la 'kale borroka' en ese primer trimestre posterior a la tregua alcanza los 1.221.300 euros. La media mensual sería de 406.100 euros y duplicaría la del periodo inmediatamente anterior a la ruptura del alto el fuego (206.920).
Además, tres personas resultaron heridas, dos en el incendio de un autobús y el tercero, un agente de la Ertzaintza herido en un ataque a su patrulla.
