MADRID, 19 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Príncipe de Asturias ha defendido este martes que para superar los problemas que afronta España es necesario "el impulso, la colaboración y el compromiso" de todos: "En estos momentos de graves dificultades todos tenemos que extremar el cumplimiento de nuestro deber, afrontar nuestras responsabilidades con la mayor seriedad y rigor y mantener viva la confianza y el espíritu de superación", ha dicho.
Don Felipe se ha pronunciado así durante la entrega de los Premios Nacionales de Cultura 2011 y 2012, en la que ha estado acompañado por la Princesa de Asturias y el ministro de Cultura, José Ignacio Wert.
El Príncipe ha felicitado a todos los premiados y les ha pedido que mantengan "firme" su "espíritu creativo" porque "la cultura de calidad contribuye de un modo extraordinario a reforzar la imagen y el prestigio de cualquier país en el mundo".
Por eso, aunque ha asegurado que conoce "bien las dificultades por las que también atraviesa el mundo de la cultura y de los creadores", que "merecen todo el reconocimiento y apoyo", ha hecho hincapié en la contribución que pueden hacer a la sociedad y a "la imagen y el prestigio" del país en el mundo.
"Esta imagen, sobre todo en las actuales sociedades de la comunicación y en un tiempo que se caracteriza por la fuerza y, a la vez, la vulnerabilidad de los estereotipos, es clave para lograr muchas metas tangibles que, a la postre, afectan e inciden en la economía, en el progreso y en el bienestar de las personas", ha recalcado.
El ministro de Cultura también ha felicitado a los galardonados y ha señalado que son muestra de que "el genio creativo español no se detiene, sino que en circunstancias difíciles, como las que estamos atravesando, se hace más agudo y combativo, lucha por poner su grano de arena en ese edificio que es la cultura española poniendo a contribución su aporte".
En nombre de los premiados en 2011, el escritor Marcos Giralt Torrente, ha admitido sentir cierta "vergüenza" al reivindicar la importancia de la cultura cuando hay "cientos de familias" que son "arrojadas a la marginalidad", cuando los "derechos básicos" recogidos en la Constitución han sido "puestos en cuestión" por "la codicia de unos" y la "complicidad de otros".
