SANTANDER 17 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria aplazó hoy hasta el próximo lunes el juicio que se celebra contra dos consumidores de drogas acusados de acabar con la vida de su 'camello', un gitano de 38 años de edad, en la madrugada del 24 de junio de 2005 en el barrio Peñacastillo, ubicado en Santander. La suspensión se produjo por la incomparecencia de tres testigos propuestos por la Fiscalía.
En la sesión de hoy, comparecieron los peritos que realizaron la autopsia del cadáver del traficante de drogas Rogelio Valdés, así como varios agentes de la Policía Científica. Todos ellos coinicieron en señalar que el puñal que, según la acusada Elisa R.G. y el fiscal, arrojó el otro procesado, Carlos U.L., desde el balcón de su casa tras matar a Valdés es "compatible" con el arma homicida que causó las heridas mortales.
La Fiscalía mantiene que ambos procesados fueron juntos en el coche de Juan Carlos sobre las seis de la madrugada provistos de un cuchillo, hasta Peñacastillo, apuñalando Juan Carlos a Rogelio, mientras que Elisa le esperaba para darse juntos a la fuga.
Varios especialistas en ADN indicaron por videoconferencia que la sangre que se encontró junto a una farola cerca de la gasolinera de El Empalme coincide "de forma indudable" con la de la víctima. También ratificaron que en el interior del coche de Juan Carlos se encontraron dos colillas con perfil genético de Elisa R.G.
No obstante, los peritos aseguraron que "no se puede determinar" desde cuándo estaban los cigarrillos en el automóvil, para determinar si Elisa fue esa noche en el coche, tesis que rechaza ésta, asegurando que mientras ella se quedó en su casa, un apartamento para el 'menudeo' en la calle Alta, fue Juan Carlos quien se trasladó solo a Peñacastillo, lo que negó también el acusado en su declaración.
EL ARMA HOMICIDA.
Posteriormente, los agentes que realizaron la inspección ocular del vehículo del acusado aseguraron que había en el interior "productos de limpieza" y que había señales de "haberse frotado" partes del coche para, supuestamente, eliminar huellas.
Estos mismos profesionales indicaron que "no se puede afirmar tajantemente" que el cuchillo que la Policía encontró a indicaciones de Elisa, en un patio de la calle Alta, fuera el arma homicida, pero las dos heridas que presenta el cadáver de Rogelio son "compatibles" con estas características.
Los médicos forenses que practicaron que la autopsia del cadáver indicaron que Valdés presentaba dos heridas en el tórax por arma blanca que ocasionaron "una hemorragia aguda con shock hipovolémico", de medidas "compatibles" con el cuchillo que se encontró, por lo que "es posible" que se trate del mismo arma.
Además, indicaron que las heridas, -que afectaron a las costillas, el hígado y un pulmón-, sugieren que cuando fueron realizadas la víctima estaba en "una posición sentada".
EL BASTÓN DEL GITANO, LA CAUSA DEL HEMATOMA.
Por su parte, el médico que trató el 28 de junio de 2005 un hematoma en la mano de Juan Carlos, -quien fue condenado en 1991 por la muerte de otro hombre en Río de la Pila por un caso de drogas- indicó a los miembros del jurado popular que se trató de una lesión "mínima" acompañada de un "arañazo".
A preguntas del abogado defensor de si el hematoma podía haber sido causado por el bastón que solía llevar el difunto, y que se encontró la noche de autos junto al cadáver, el médico indicó que, efectivamente, "podía ser" la causa del golpe, aunque Juan Carlos le dijo que se debió a "un puñetazo a la pared".