UE.- El PE quiere prohibir la comercialización de los termómetros de mercurio

Actualizado: martes, 14 noviembre 2006 17:44

ESTRASBURGO, 14 Nov. (EUROPA PRESS) -

El Parlamento Europeo aprobó hoy en primera lectura y por una amplia mayoría una propuesta de directiva para restringir la comercialización de los termómetros de mercurio y otros aparatos de medición que se venden al público en general una vez que los Estados miembros hayan adaptado sus legislaciones nacionales.

El informe, elaborado por la eurodiputada socialista española María Sornosa establece una serie de excepciones y contempla la eliminación progresiva de los aparatos de medición que contienen mercurio para uso profesional e industrial. El texto fue aprobado por 599 votos a favor, 13 en contra y 25 abstenciones.

La propuesta de la Comisión modifica la directiva del Consejo sobre la comercialización y el uso de determinadas sustancias y preparados peligrosos y prohíbe comercializar mercurio en termómetros médicos para la fiebre y en otros aparatos como manómetros, barómetros, esfigmomanómetros y termómetros no médicos.

Según la ponente, conviene introducir a escala comunitaria restricciones a la comercialización de este tipo de aparatos destinados al uso particular que contengan mercurio, con algunas excepciones en el sector sanitario.

"El mercurio y sus compuestos son extremadamente tóxicos para los seres humanos, los ecosistemas y la naturaleza. La contaminación por mercurio, que empezó considerándose un difuso problema local, es reconocido ahora como un problema mundial, crónico y grave", señaló Sornosa.

El pleno de la Eurocámara añade ciertas excepciones a la prohibición de comercializar aparatos de medición que contienen mercurio, en concreto los aparatos de medición que tengan más de 50 años en la fecha de entrada en vigor de la Directiva y los barómetros.

Al respecto, el Parlamento aprobó una enmienda de los Grupos del PPE y los independientes que excluye los barómetros del ámbito de aplicación de la directiva y pide a los Estados miembros elaborar mecanismos apropiados y eficaces para autorizar y controlar la comercialización de barómetros sin poner en peligro los objetivos de la Directiva.

El compromiso presentado por los Grupos socialista, liberal, verdes e izquierda unitaria para permitir comercializar barómetros hasta dos años después de la entrada en vigor de la directiva fue rechazado.

De acuerdo con el Consejo, la Eurocámara contempla el comercio de aparatos de medición que contengan mercurio y que tengan más de 50 años --antigüedades o bienes culturales-- al entender que el volumen de este comercio está limitado y no parece que suponga un peligro ni para la salud humana ni para el medio ambiente.

Por otro lado, el Parlamento también dio luz verde al compromiso alcanzado con el Consejo relativo a otros aparatos de medición que contienen mercurio, utilizados en el sector sanitario y para otros usos profesionales e industriales.

En relación a la comercialización de esfigmomanómetros, aparatos utilizados para medir la tensión, el texto establece que en un plazo máximo de dos años tras la entrada en vigor de la directiva, la Comisión elaborará un informe sobre la existencia de alternativas seguras y fiables.

Sobre la base de este informe, la Comisión, si procede, presentará una propuesta legislativa para reforzar las restricciones aplicables a estos aparatos y a otros utilizados en el sector sanitario de modo que los que contienen mercurio se eliminen progresivamente, siempre que sea posible desde el punto de vista técnico y económico.

FABRICANTES

Los fabricantes también podrán solicitar una exención en relación a los otros aparatos de medición no destinados a la venta al público en general, en casos específicos y por un período de tiempo limitado, que se establecerá caso por caso, "si los fabricantes pueden probar que han hecho todos los esfuerzos posibles para desarrollar alternativas o procesos alternativos más seguros y que dichas alternativas o procesos alternativos más seguros no se encuentran todavía disponibles".

La directiva sólo restringe la comercialización de aparatos de medición nuevos. Por tanto, no deben aplicarse restricciones a los aparatos ya en uso o ya comercializados en el mercado.

La norma entrará en vigor el día de su publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea y, a partir de esa fecha, los Estados miembros dispondrán de un año para adoptar y publicar las disposiciones legales, reglamentarias y administrativas necesarias para dar cumplimiento a lo establecido en la misma y de dieciocho meses para aplicar las disposiciones de la directiva.

ALTAMENTE TOXICO

El mercurio y sus compuestos son extremadamente tóxicos para los seres humanos, los ecosistemas y la naturaleza dado que es una sustancia persistente que, en contacto con el medio ambiente, puede transformarse en metilmercurio, su variante más tóxica. La principal fuente de exposición al metilmercurio es la alimentación.

El metilmercurio se acumula y se concentra sobre todo en la cadena alimentaría acuática, lo que hace particularmente vulnerables a las poblaciones que consumen mucho pescado y mariscos, especialmente en las zonas costeras del Mediterráneo.

La demanda mundial de mercurio es de unas 3.600 toneladas anuales, de las que unas 300 toneladas corresponden a la UE. Determinados países, como Dinamarca, Francia, Países Bajos y Suecia, han prohibido o restringido el uso de diversos productos que contienen mercurio.

La información disponible muestra que del 80 al 90% del mercurio utilizado en aparatos de medición y control se utiliza en termómetros médicos para la fiebre y otros termómetros de uso doméstico.

Aunque el mercurio se utiliza cada vez menos, las cantidades siguen siendo significativas. De hecho, se calcula que en la UE se utilizan al año 33 toneladas de mercurio en aparatos de medición y control y que, sólo a través de los termómetros, entran anualmente en el ciclo de 25 a 30 toneladas de mercurio.

En cuanto a la posibilidad de prohibir totalmente el uso del mercurio en todos los aparatos, los expertos consultados por la Comisión llegaron a la conclusión de que los hospitales necesitan aparatos muy precisos para tratar afecciones potencialmente mortales.