El VII Congreso Evangélico Español acaba con un llamamiento a la "neutralidad" religiosa de los poderes públicos

Actualizado: domingo, 9 diciembre 2007 19:22


BARCELONA, 9 Dic. (EUROPA PRESS) -

El VII Congreso Evangélico Español, que se realizó en Barcelona entre el jueves y hoy domingo, se clausuró con un llamamiento a la "neutralidad" religiosa por parte de los poderes públicos.

El evento reunió a representantes de distintas denominaciones evangélicas con implantación en España, como baptistas, anglicanos, hermanos y pentecostales, entre otras. Metodistas y presbiterianos declinaron asistir al Congreso alegando un déficit de pluralidad ya que, a su parecer, no se había invitado a ponentes de los sectores protestantes más liberales.

"INDEPENDENCIA" DEL ESTADO

El presidente de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (Ferede), José María Baena, clausuró el evento emplazando al Estado a actuar con "independencia" respecto a las tradiciones religiosas, "sin sometimiento ni servidumbre".

"Hay que avanzar hacia la neutralidad del Estado" con el propósito de que exista entre los poderes públicos "cooperación respetuosa y eficaz" con las tradiciones religiosas, "que ya existe, superando los conflictos actuales, que los hay".

Entre ellos, Baena citó dificultades en "determinados municipios" con los lugares de culto evangélicos, que se cierran por "razones técnicas y de sonido".

"¿Por qué a otros no se aplican y a nosotros sí?", se preguntó, y constató que, mientras otras minorías como musulmanes y budistas se perciben como "algo exótico", en determinados círculos las Iglesias Evangélicas se ven "peligrosas". También lamentó que se sigan considerando muchas denominaciones evangélicas como "sectas peligrosas".

"Hay que avanzar hacia una sociedad más digna, más justa y más igualitaria", dijo el presidente de la Ferede. Recordó que la "diversidad" es una de las características del protestantismo ya que existen múltiples denominaciones: desde las tradiciones históricas --como la luterana, la calvinista o presbiteriana, la anglicana, los baptistas y los metodistas-- hasta las surgidas en las últimas décadas --como las Iglesias de Filadelfia y los pentecostales--.

"ESPERANZA" EN UN MUNDO "HIPERMODERNO"

El presidente del congreso, Pau Simarro, abogó por el papel que deben tener las distintas Iglesias Evangélicas para lograr "transmitir la esperanza" del Evangelio "en el actual mundo hipermoderno". Por ello, abogó por "romper las corrientes hedonistas y existencialistas" en una sociedad que "glorifica al individuo".

Simarro abogó por una Iglesia que "se parezca a Cristo por la fidelidad a las Escrituras", y destacó que los retos para el nuevo milenio son la igualdad de la mujer, que está llamada a "desarrollar todos sus talentos no sólo en la familia"; el "compromiso con el cambio climático, o con la inmigración".

Para integrar a los inmigrantes, aseguró que se impulsará la creación de un comité evangélico que trabaje "la experiencia cristiana basada en la Palabra de Dios" de este colectivo.

EN ESPAÑA DESDE 1868

Históricamente, se considera que la Revolución de 1868, conocida como 'La Gloriosa', trajo consigo la irrupción del protestantismo en España, ya que en el siglo XVI la Inquisición hizo desaparecer los primeros movimientos luteranos en España que surgieron en localidades como Sevilla y Valladolid.

En esta fecha, se inicia la implantación de las primeras comunidades evangélicas en España, como metodistas, hermanos, baptistas, anglicanos y presbiterianos. Tras unos años de apogeo, especialmente en el periodo republicano --cuando la Constitución reconoce la libertad de culto--, el protestantismo español vuelve a la clandestinidad en 1939, con la victoria de Franco en la Guerra Civil.

Hasta 1945, las iglesias protestantes españolas estuvieron cerradas, aunque no podía haber ningún signo exterior que permitiera su identificación. En 1967 el régimen franquista aprobó la Ley de Libertad Religiosa, fecha que históricamente marca un segundo apogeo de las Iglesias evangélicas en España, con la irrupción de nuevos grupos, como las Iglesias de Filadelfia entre la comunidad gitana u otras comunidades de talante pentecostal.

La Constitución de 1978 garantiza la libertad religiosa y establece que el Estado alcanzará convenios de colaboración con las tradiciones religiosas. En el caso de evangélicos, islámicos y judíos, se alcanzaron en 1992.