9-M.- Zapatero cruza el ecuador de la campaña transmitiendo confianza en la victoria y buscando ampliar su mayoría

Actualizado: sábado, 1 marzo 2008 13:37

En una campaña marcada por los debates, se ha centrado en reclamar que se opte entre el "progreso" del PSOE y el "retroceso" de PP

LAS PALMAS, 1 Mar. (de la enviada especial de EUROPA PRESS Carolina Jiménez) -

El presidente del Gobierno y candidato socialista a la reelección, José Luis Rodríguez Zapatero, ha cruzado el ecuador de la campaña electoral mostrándose confiado en que su partido ganará las elecciones del 9 de marzo y llamando a una gran movilización ciudadana que le sirva para ampliar su mayoría en el Parlamento.

Zapatero ha concentrado sus mensajes en la primera semana de campaña en decir a los votantes que sólo hay dos opciones, o gobierna el PSOE, o gobierna el PP, y que eso supone elegir entre "un gobierno de progreso" o uno de "retroceso", entre la "convivencia" y la "crispación", entre un gobierno que cree "en el futuro" y "los que todo lo ven negro".

Los socialistas prevén mantener este mensaje hasta el lunes, cuando está previsto el segundo 'cara a cara' entre Zapatero y el candidato 'popular' Mariano Rajoy, y a partir de ese momento lanzarse directamente a pedir el voto pero, según admiten fuentes de la dirección socialista, todo dependerá de lo que suceda en ese segundo debate.

Hasta ahora, los ataques al PP y su contraposición al mensaje socialista han sido el eje de buena parte de las intervenciones del candidato. Zapatero ha acusado a los 'populares' de tender una "trampa" con el trasvase del Ebro, de "debilitar" al Gobierno en la lucha contra ETA por usar el terrorismo con fines partidistas y de "manipular y meter miedo" sobre la situación económica con la sola intención de llegar al poder.

"Quien siembra miedo a un país libre, a un país orgulloso de sí mismo sólo tendrá una respuesta, la derrota electoral el próximo 9 de marzo", afirmaba ayer viernes en Murcia, ante 10.000 personas que fueron posiblemente el público más entusiasta de esta campaña. Allí se mostró convencido de que "quien gobierna diciendo la verdad aunque cueste a veces", con "una visión optimista", "ocupándose de los más débiles", y "con la cabeza alta y con la mirada limpia ganará las elecciones el próximo 9 de marzo".

En los últimos días Zapatero había enfatizado el mensaje victorioso, pero ayer viernes hizo buen uso además de una entrevista del dirigente 'popular' Gabriel Elorriaga en el 'Financial Times' en la que afirmaba que su estrategia era buscar que el votante socialista se quedara en casa azuzando el temor a la situación económica, la inmigración y el nacionalismo.

LA MAYOR PARTICIPACIÓN

Elorriaga desmintió después estas declaraciones, pero a Zapatero le sirvieron para instar a "la mayor participación de la historia de la democracia" para dar "una lección democrática" a los 'populares'. Precisamente, el PSOE está basando toda su campaña en la asunción de que el PP busca desmovilizar al votante progresista. El propio PSOE es consciente de que su electorado es más difícil de movilizar que el 'popular' y eso es lo que pretende su lema "Vota con todas tus fuerzas".

El PSOE considera que su campaña va por buen camino y está consiguiendo el objetivo de movilizar a los votantes, pero que aún queda trabajo por hacer para conseguir una mayoría -aunque no pronuncian la palabra "absoluta"-- que le permita gobernar "sin hipotecas".

El candidato socialista abrió la campaña en Madrid pidiendo el voto a "la gran mayoría" que quiere igualdad entre hombres y mujeres, Estado del bienestar, paz, optimismo, confianza y progreso. "para que el 9 de marzo pierda la intolerancia y la crispación".

Arengando al público en todos los mítines Zapatero no ha entrado a valorar las propuestas electorales de los 'populares', sino que se ha centrado en 'retratarlos' recurriendo a los ocho años de Gobierno del PP -hablando de "decretazos" y recortes de becas--, y a los cuatro que han estado en una oposición que el jefe del Ejecutivo tilda de "desleal" e "inmoral".

Sólo ha hecho referencia a la propuesta de rebajar la edad penal a 12 años para delitos graves, para reprochar al PP su concepto de "firmeza con los débiles" y recalcando que el PSOE es "firme con los poderosos" y que así lo demostró sacando las tropas de Irak, un asunto de los más jaleados por el público de los mítines.

Zapatero ha querido destacar también que PSOE y PP están en las antípodas en la gestión de la inmigración, y para ello no ha necesitado comentar las ideas 'populares', sino que le ha bastado recurrir una y otra vez a las palabras del dirigente 'popular' Miguel Arias Cañete sobre las ecuatorianas que "se hacen mamografías" en la Seguridad Social porque en su país les supondría "ocho meses de sueldo".

El líder socialista ha respondido con un discurso de derechos humanos, afirmando que quiere un país "digno y decente" donde se trate "a una mujer que puede tener un cáncer" y ha recurrido a la memoria de la emigración sobre todo en Andalucía, en Galicia y en el País Vasco, y ha recordado incluso el exilio político.

A partir del miércoles en Bilbao, Zapatero dio incluso otra vuelta de tuerca al discurso sobre inmigración incluyendo en él a los obispos y animándoles a reprender a los 'populares' por tratar a los inmigrantes como "mercancías", mientras que "luego van a misa". Eso le permitió utilizar un recurso de los más celebrados por el público -las críticas a la Iglesia, escasas por lo demás en la campaña socialista- y además acusar el PP de "hipocresía".

La "hipocresía" y el discurso de Cañete --en este caso sobre los camareros-- han servido además a Zapatero para denunciar que el PP quiere volver al pasado y que su proyecto es clasista y de recorte de derechos sociales, sanidad pública y escuela pública.

Su defensa del ex presidente Aznar en la cumbre de Chile también le ha servido para marcar diferencias con los 'populares' y sus medidas como la ley de la dependencia y el 'cheque-bebé' para defender su gestión frente a un PP que "proclamó que se rompía la familia".

PIZARRO, SOLBES Y GONZÁLEZ

Zapatero también ha recurrido con frecuencia a elogiar a su vicepresidente económico, Pedro Solbes y a su debate con el 'popular' Manuel Pizarro horas antes del inicio oficial de la campaña y ha contrapuesto la "solvencia" de Solbes, pero también su "humildad" a un Pizarro presentado por el PSOE como alguien que sólo se ha preocupado de enriquecerse personalmente.

Así, Solbes se ha convertido en uno de los principales activos de la campaña socialista y, de hecho, fuentes de la dirección del partido señalan que a partir de su debate con Pizarro comenzó a consolidarse su tendencia ascendente en intención de voto, según las encuestas internas.

El PSOE también asegura que con el debate Zapatero-Rajoy se incrementó la tendencia alcista, pero el candidato apenas se ha referido a su 'cara a cara', más que para decir que no se defendió con dureza frente a las críticas de Rajoy porque quiere "ganar con talante". También ha recurrido a mencionar al ex presidente Felipe González -en Murcia, en Valencia, en Sevilla_ y ambos darán juntos un mitin en el Palau Sant Jordi de Barcelona el 6 de marzo, un día antes del final de la campaña.

Zapatero ha defendido que lo que él considera el "pinchazo" de Pizarro ha hecho volver al PP a su tema de toda la legislatura, el terrorismo de ETA, pero él se ha resistido a seguir la agenda marcada por los 'populares' y ha hecho escasas, aunque contundentes, referencias al terrorismo.

Lo hizo en la apertura de campaña, al iniciar su discurso recordando a las víctimas del 11-M y a todas las víctimas del terrorismo, lo hizo en un multitudinario mitin el domingo pasado en la plaza de toros de Valencia, para dejar claro que no pedirá disculpas "por haber intentado la paz", y lo hizo el pasado jueves en Barakaldo, al pedir el voto "para acabar con ETA" y reclamar a la sociedad vasca que no dé "amparo" ni "respiro" a los violentos.