PAMPLONA, 11 Ene. (EUROPA PRESS) -
El tráfico de llamadas telefónicas sitúa al principal acusado del crimen de Valtierra, Juan Carlos Sánchez Uruñuela, en el lugar de los hechos y a la hora en la que se cometieron los dos asesinatos del 27 de noviembre de 2002, según el testimonio que ofreció hoy el agente de la Guardia Civil que se encargó de la instrucción del caso.
El listado de teléfonos que facilitó un operador de telefonía móvil a la Guardia Civil revela que el día del crimen el teléfono de Juan Carlos Sánchez Uruñuela envió y recibió varias llamadas a través del repetidor ubicado en la zona de Valtierra.
Ayer, Juan Carlos Sánchez Uruñuela negó durante la vista del juicio en la Audiencia Provincial de Navarra que acudiera ese día a Valtierra y se exculpó del asesinato de cualquiera de los dos jóvenes navarros.
El guardia civil que instruyó la investigación declaró hoy que las llamadas telefónicas fijan al acusado en el escenario del crimen y afirmó, además, que Juan Carlos Sánchez Uruñuela es conocido también con el apodo de 'El coletas'.
La defensa de este acusado, para quien la Fiscalía pide 42 años de prisión por un delito de asesinato y otro contra la salud pública, entre otros, sostiene desde el inicio del juicio que Juan Carlos Sánchez Uruñuela no es 'El coletas'.
Sin embargo, el agente de la Guardia Civil explicó hoy que en la agenda telefónica de los dos fallecidos, Pablo Catillejo Resa y Luis Pérez Sánchez, el nombre de 'El coletas' está asociado al número de teléfono de Juan Carlos Sánchez Uruñuela.
Además, la Guardia Civil constató en la agenda de la cuñada de Sánchez Uruñuela que el mismo número de teléfono que tenían los muertos estaba identificado como 'Carlos'. Los agentes que se encargaron del caso dan por hecho por tanto que Juan Carlos y 'El coletas' son la misma persona.
Éstos fueron algunos de los aspectos de la investigación que dio a conocer hoy el agente instructor en el tercer día de la vista judicial que se sigue en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Navarra contra 13 procesados (diez aragoneses y tres navarros) implicados en el crimen de Valtierra, que costó la vida a los jóvenes valtierrano Pablo Castillejo y Luis Pérez en una operación de compraventa de cocaína.
También declararon esta mañana otros dos guardias civiles que acudieron a Valtierra el día de los hechos. Uno de ellos, que se encargó de la inspección ocular del escenario del crimen, descartó hoy que Pablo Castillejo, asesinado en la cueva, muriera tras un forcejeo y por un disparo accidental.
En el atestado elaborado por la Guardia Civil consta que el joven valtierrano murió de un disparo a bocajarro en la cabeza. Sin embargo, la versión que ofreció el martes Francisco Javier Peralta Dolsa, acusado de matar a Pablo Castillejo, fue que a un compañero suyo se le disparó el arma tras un forcejeo. El agente que se encargó de la inspección ocular consideró hoy que "para nada" es posible esa hipótesis.
Respecto a la muerte de Luis Pérez fuera de la cueva, el agente instructor del caso descartó también que el joven valtierrano fuera armado y que tratara de proteger su vida con otra pistola. "Aunque hubiera llevado un arma, no tenía ninguna posibilidad de utilizarla, porque se lo llevaban esposado con unos grilletes. Pero ni siquiera hay nada que apunte a la hipótesis de que llevaba un arma", aseguró.