- Propone una Conferencia de paz que reúna a toda la comunidad internacional
MADRID, 11 Ene. (OTR/PRESS) -
La situación en Oriente Próximo es ahora "peor que hace quince años". Es el análisis desolador que realizaron hoy los participantes de la Conferencia 'Madrid+15' sobre la región celebrada en Madrid, la primera que se celebra en torno este asunto en la capital española desde 1991, cuando importantes dirigentes políticos debatieron sobre asunto. El segundo punto de acuerdo entre los asistentes fue la necesidad de un mayor esfuerzo de la comunidad internacional en la zona más volátil del planeta, para lo que propusieron, como primera medida, una Conferencia de Paz.
La Conferencia 'Madrid+15' fue organizada por el Centro Internacional de Toledo para la Paz, el Search for Common Ground, la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, el Instituto FOFA Ais y el International Crisis Group (ICG), y cuenta con el patrocinio de los Gobiernos de España, Noruega, Dinamarca y Suecia. Se trata de una reunión conmemorativa por los 15 años que han pasado desde que se organizara, en 1991, una Conferencia que tuvo gran repercusión internacional, por ejemplo, en los acuerdos de Oslo.
"Quince años después las cosas no están mejor y los dividendos de la paz se han convertido en nuevos conflictos", señaló en su intervención inaugural el ex presidente del Gobierno Felipe González, presente en la Conferencia de hace tres lustros y que recordó que el ex presidente George Bush, también partícipe en el 91, creía que tras el fin del bipolarismo el mundo empezaría a "recibir los dividendos de la paz pero parece que los dividendos se retrasan".
El final de la Guerra Fría trajo consigo "la aparición de un mundo nuevo con desafíos nuevos" por lo que "las circunstancias han cambiado sustancialmente" con respecto a las que en 1991, dijo. La guerra de Líbano, el que los problemas de fondo entre palestinos e israelíes sigan sin resolverse o la nueva guerra en Irak, además de una peor relación con Siria e Irán, han hecho que haya "un escenario no mejor sino peor", agregó el ex presidente.
Esta visión pesimista también la compartió el ex presidente soviético Mijail Gorbachov, que lamentó que la nueva guerra en Irak lo único que ha aportado es "división" en la comunidad internacional y el "callejón sin salida" al que parece dirigirse el conflicto palestino-israelí". "Toda la región corre el riesgo de convertirse en un campo de batalla interétnico", advirtió, resaltando que "el drama de Oriente Próximo puede convertirse en un drama político internacional". Por ello, animó a la comunidad internacional a que se involucre en la búsqueda de una "solución duradera".
El ex presidente estadounidense Bill Clinton alertó por su parte de que "la solución está cada vez más lejana" por lo que "ha llegado el momento de dar más intensidad a nuestros esfuerzos", esfuerzos, que el ex secretario de Estado norteamericano James Baker animó a mantener, subrayando que en 1991 se sabía que "el camino iba a ser largo y espinoso".
PROMOVER UNA CONFERENCIA DE PAZ
Por su parte, el secretario de Estado de Asuntos Exteriores español, Bernardino León, consideró que la UE está legitimada para desempeñar un papel activo y ayudar a crear un entorno político estable en la región, además de realizar aportaciones políticas, económicas y militares. "La UE y el resto de la comunidad internacional deben jugar con habilidad las cartas de las que disponen para convertirse en actores" y contribuir a "poner fin a conflictos que llevan ya demasiado tiempo abiertos en la zona".
En este sentido, defendió la necesidad de "reactivar el Cuarteto" para que ayude "en la búsqueda de una solución política" y de una nueva conferencia internacional. Según León, "un proceso negociador es el antídoto más eficaz contra las posiciones radicales". La posibilidad de una nueva conferencia internacional también fue planteada por el ministro de Exteriores noruego, así como por el secretario general de la Liga Arabe, Amr Mussa, y el secretario general del Consejo de Cooperación del Golfo (GCC), Abdul Rahman bin Hamad al Attiyad, aunque estos últimos consideran que debe ser la ONU la encargada de organizarla.
Según Mussa, una de las deficiencias de la Conferencia de Madrid fue "la exclusión de la ONU". "La ONU debería estar presente en todas las acciones presentes y futuras de paz", subrayó. Por ello, respaldó la idea de una nueva conferencia "bajo los auspicios de la ONU para que se pueda relanzar el proceso de paz y que cuente con un marco temporal y objetivos definidos".
No obstante, esta propuesta no parece agradar a Israel. Su embajador en Madrid, Victor Harel, consideró, al término de la sesión inaugural, que en lugar de una conferencia internacional hay que "parar el terrorismo" y volver a la 'Hoja de ruta'. Según Harel, no es posible "ni en Madrid ni en ningún otro sitio", sobre todo porque "con quién vamos a hablar", se preguntó. Israel prefiere "las negociaciones directas porque es lo que trajo la paz con Egipto y con Jordania y no conferencias internacionales", remachó.