Actualizado 09/04/2007 22:33

Crónica Internacional (2).- Ahmadineyad anuncia que Irán ya produce uranio a escala industrial

- Washington lo considera un nuevo desafío de Teherán a la comunidad internacional y advierte que "no beneficia al pueblo iraní"

TEHERÁN/MADRID, 9 Abr. (OTR/PRESS) -

El marco preparado para realizar el anuncio era inmejorable. Durante una visita a la central nuclear de Natanz y en el día de la Fiesta Nacional de la Energía Atómica, el presidente de Irán, Mahmoud Ahmadineyad, anunció al pueblo iraní, pero también al mundo entero, "buenas noticias": ni más ni menos que su país ya ha comenzado a producir uranio "a escala industrial". En Washington, el discurso de Ahmadineyad se ve como un nuevo desafío del régimen ayatolá a la comunidad internacional y, concretamente, al Consejo de Seguridad Nacional, donde Estados Unidos aplica grandes esfuerzos para conseguir sanciones contra Teherán. Además, la Casa Blanca advierte: "nada de esto beneficia al pueblo iraní".

"Con gran honor, anuncio que hoy nuestro querido país ha entrado en el club de las naciones nucleares y puede producir combustible nuclear a escala industrial". Tras realizar el anuncio, Ahmadineyad lanzó una advertencia: "La gran nación iraní, que en el paso de los siglos ha sido pionera en el campo de la ciencia, no permitirá que los poderes intimidadores pongan obstáculos en su camino de progreso influyendo en la comunidad internacional".

Poco antes de comenzar la intervención de Ahmadineyad en la central de Natanz, el vicepresidente y director del Organismo de la Energía Atómica de Irán, Gholamreza Aghazadeh, daba un adelanto de lo que había sido anunciado por el propio presidente un día antes como "buenas noticias para el pueblo iraní". "Hoy, con la puesta en marcha de las centrifugadoras de producción masiva y el comienzo del enriquecimiento de uranio en fase industrial, hemos dado un paso más para el florecimiento de la República Islámica", afirmó.

Sin embargo, aunque, como en cada discurso, Ahmadineyad no perdió ocasión de recordar y dejar claro la presión bajo la que trabajan los científicos iraníes y la falta de colaboración que se han encontrado en la comunidad internacional, ni el presidente ni el vicepresidente del régimen ayatolá dieron detalles sobre el controvertido programa nuclear de Teherán. Los detalles los dejaron para el máximo negociador de Irán en asuntos nucleares, Ali Larijani.

PRESIÓN SOBRE IRÁN

Según explicó Larijani a los medios, la central de Natanz cuenta actualmente con 3.000 centrifugadoras, lo que permitiría Irán, según aseguran los expertos, producir uranio enriquecido suficiente como para construir una bomba atómica cada año. De ser cierto lo afirmado por el mandatario persa, serían las primeras noticias de que Irán ha logrado construir e instalar con éxito esos tres millares de centrifugadoras que se había fijado como objetivo y que habría superado con creces el número oficial de esta tecnología que se le atribuía hasta ahora, 328.

Además, Larijani advirtió a los medios que si continúa la presión sobre Irán, especialmente a través del Consejo de Seguridad de la ONU, su país no tendrá más remedio que revisar su pertenencia al Tratado de No Proliferación Nuclear. "No tendremos más remedio que seguir las órdenes del Parlamento y revisar nuestra pertenencia", afirmó el mandatario iraní. La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) trata de convencer a las autoridades iraníes para colocar cámaras en sus instalaciones nucleares, una medida que supone ir más lejos de lo que Teherán está dispuesta a asumir.

Mientras, en Washington, la reacción ha sido airada. Un portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, consideró el anunció de Irán como un nuevo desafío a las demandas de la comunidad internacional y remarcó que ni el Consejo de Seguridad de la ONU ni los inspectores de la ONU "se creen que el programa nuclear de Irán tiene naturaleza pacífica". Tras recordar que el Consejo de Seguridad ya aprobó dos sanciones contra Irán que no han cambiado su actitud, McCormack señaló que EE.UU. intenta "hacer ver a los líderes iraníes el resultado coste-beneficio de sus acciones y que vean que nada de esto beneficia al pueblo iraní".

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