- El clérigo radical chií pone contra las cuerdas a Al-Maliki por la ausencia de un calendario de retirada de las tropas de EE.UU.
BAGDAD/MADRID, 16 Abr. (OTR/PRESS) -
El más poderoso representante chií de Irak, el clérigo radical Muqtada al-Sadr, ha planteado un auténtico jaque al primer ministro, Nouri al-Maliki, y su cada vez más ajado Gobierno de unidad nacional. El movimiento político del clérigo, que siempre ha contado con el paraguas de los combatientes del Ejército del Mahdi, anunció hoy la dimisión en bloque de los seis ministros que ostentan una cartera dentro del Ejecutivo iraquí, lo que deja en una situación de debilidad considerable al Gabinete del chií moderado Al-Maliki. La razón oficial: la ausencia de un calendario en el que se estipule la retirada de las tropas de EE.UU. de Irak.
"Los ministros de Al-Sadr abandonarán de inmediato y entregarán sus seis carteras al Gobierno", anunció esta mañana el portavoz parlamentario de los chiíes radicales, Nassar al-Rubaie, que leyó un comunicado escrito por el propio clérigo. "Hemos considerado necesario dar esta orden a los ministros del bloque de Al-Sadr", añadió, mostrando su "esperanza" de que el Ejecutivo de Al-Maliki entreguen las carteras vacantes a políticos independientes "que representen la voluntad de la gente".
Aunque los motivos oficiales de esta dimisión en bloque sean la falta de voluntad de Al-Maliki de establecer un calendario con la retirada de las tropas estadounidenses de Irak -alegando que de momento se está preparando a la Policía iraquí para hacerse cargo de la seguridad- lo cierto es que la ira de Al-Sadr ha ido 'in crescendo' a raíz de la detención de alguno de los hombres del Ejército del Mahdi, dentro del plan de seguridad desarrollado por EE.UU. en Bagdad.
Si bien esta decisión del brazo político de Al-Sadr no derrumbará al Gobierno de Al-Maliki, sí que le coloca en una situación de extrema debilidad, toda vez que se ha valido de los chiíes radicales para gobernar. El presidente de Estados Unidos, George W.Bush, ofreció hoy una rueda de prensa en la que Irak fue el tema estrella y en la que se mostró partidario de mantener las tropas en el país mesopotámico de momento. "No pongamos a los soldados en medio de las disputas entre demócratas y republicanos", reclamó, en referencia a la posibilidad de que sus presupuestos para las tropas sean rechazados por el Congreso.
LA PRESIÓN DE AL-SADR
Hace tan sólo una semana, con motivo del aniversario de la toma de Bagdad, el clérigo Al-Sadr realizó toda una demostración de fuerza sacando a la calle a decenas de miles de chiíes de forma pacífica para protestar contra la permanencia de las tropas estadounidenses en Irak. Precisamente, este fue el motivo que esgrimió Al-Rubaie para justificar ante los periodistas, en la rueda de prensa que ofreció en la Zona Verde, la salida del Ejecutivo de sus seis ministros, ya que, a su juicio, Al-Maliki no ha respondido a las peticiones del pueblo iraquí.
La oposición de Al-Sadr a la presencia de tropas extranjeras en Irak ha sido motivo de presión constante contra el Ejecutivo de Al-Maliki. A finales de enero, su grupo parlamentario puso fin a un boicot que duraba ya dos meses como forma de protesta por la permanencia del Ejército estadounidense y por una reunión del primer ministro con el presidente de EE.UU. En aquella ocasión, un parlamentario de los chiíes de Al-Sadr anunció la creación de una comisión para estudiar los motivos del boicot y proclamó con optimismo: "esto es un nuevo comienzo".