Actualizado 03/02/2007 22:28

Crónica Internacional.- Al menos 130 muertos en Irak en la jornada más sangrienta del año

- Un camión cargado de explosivos causa el caos en un céntrico mercado chií de Bagdad

BAGDAD/MADRID, 3 Feb. (OTR/PRESS) -

Un camión cargado de explosivos ha provocado en la capital de Irak la matanza más grave que se ha registrado en Bagdad desde el comienzo del 2007. La deflagración, perpetrada por un suicida, se registró en un mercado de alimentos de la ciudad muy frecuentado por la comunidad chií. Los primeros balances de las autoridades iraquíes hablaban de al menos 130 muertos y más de 300 heridos como consecuencia del atentado, mientras el principal clérigo chií del país, el ayatolá Ali Sistani, hacía su primera declaración pública en meses para llamar a la unidad y al fin de la violencia sectaria.

El suicida conducía un camión repleto de comida, según informaciones de 'Al Jazeera' recogidas por OTR/Press. Cuando se encontraba en medio del mercado de Sadriyah, detonó los explosivos causando un auténtico caos en la zona y destruyendo todas las tiendas y puestos de venta que se levantaban en la plaza. Según las fuentes policiales, los hospitales cercanos al mercado rebosaban literalmente de víctimas alcanzadas por la explosión.

La deflagración se produjo a primera hora de la tarde en la capital, cuando el mercado de Sadriyah registraba sus momentos de máxima afluencia con gente que acudía para hacer acopio de alimentos para el fin de semana. "Fue una escena terrible. Muchas tiendas y casas resultaron completamente destruidas", relató un residente de la zona a la cadena árabe que salió de su vivienda para ayudar en las tareas de desescombro y rescate de víctimas.

La explosión del camión bomba, que provocó, según fuentes oficiales, cerca de 130 muertos y más de 300 heridos, se enmarca en una campaña sangrienta de la insurgencia suní, que en los últimos tiempos selecciona objetivos civiles, especialmente, puntos comerciales, en los que causar el mayor número de víctimas posible entre la comunidad chií.

Mientras, en otros puntos de Irak, la violencia se cobraba más víctimas. En Kirkuk, al norte del país, una sucesión de cuatro coches bomba, uno de ellos detonado por un conductor suicida, acababa con la vida de otros cuatro civiles y hería a más de 30 personas. Dos de los atentados se produjeron en las oficinas de los partidos kurdos iraquíes, informaron las autoridades, que cerraron todos los accesos a la ciudad para evitar nuevos ataques.

TOQUES DE QUEDA

En Mosul, al Noroeste de Irak, las Fuerzas de Seguridad impusieron el toque de queda después de que se registraran cruentos enfrentamientos entre insurgentes chiíes y suníes en distintas barriadas de la ciudad. No obstante, el toque de queda no impidió que los ataques con mortero se sucedieran contra la sede de la televisión estatal Iraqiya y que un coche bomba se cobrara la vida de una mujer herida que estaba siendo trasladada al hospital.

También en la ciudad de Samarra se impuso un toque de queda después de que seis miembros de las Fuerzas de Seguridad resultaran abatidos en un ataque perpetrado por insurgentes armados sin identificar. Mientras, el principal clérigo chií de Irak, Ali Sistani, realizó su primera intervención pública en meses para llamar a la unidad y al fin de la violencia sectaria que se cobra centenares de víctimas diariamente.

Sistani hizo nota que las diferencias entre suníes y chiíes han existido durante siglos, pero que éstas no deberían ser causa del derramamiento de sangre al que se está acostumbrando el país. Por ello, llamó "a la renuncia de las divisiones", así como a evitar "el fanatismo sectario". En la misma línea, llamó a todos los musulmanes a superar juntos las diferencias, porque las luchas internos sólo benefician "a aquellos que quieren dominar este país y controlar sus medios para lograr sus objetivos".

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