Actualizado 28/01/2008 19:19

Crónica Pakistán.- Insurgentes secuestran durante dos horas a unos 250 niños en una escuela de Pakistán

- El incidente concluye sin heridos y con la entrega de las armas de los captores

ISLAMABAD, 28 Ene. (OTR/PRESS) -

"Todos los niños han sido liberados y los criminales se han entregado". Así concluyó hoy un secuestro que duró casi dos horas y que tuvo como rehenes a casi 250 niños de una escuela paquistaní de la ciudad de Bannu, al noroeste del país. Los insurgentes tomaron el centro educativo como refugio para huir de la Policía, para abandonarlo posteriormente sin provocar heridos y entregar las armas a los líderes tribales que habían comandado la negociación.

Los hechos tuvieron lugar en la ciudad de Bannu, en la provincia de la frontera noroeste de Pakistán. Según informaciones de la Policía, los insurgentes trataban de huir de las Fuerzas de Seguridad, por lo que tomaron a toda una escuela como rehenes después de secuestrar a un responsable del departamento regional de sanidad y su chófer. Durante estos enfrentamientos previos al secuestro, el grupo de milicianos perdió a uno de sus hombres, tras lo cual salieron huyendo.

El portavoz del Ministerio de Interior, Javel Iqbal Cheema, explicó que los milicianos eran miembros de una banda de secuestradores, mientras que tanto desde el Ejecutivo como desde la Policía se cifró en siete el número de terroristas implicados. Según informaciones de la cadena 'Al Jazeera' recogidas por otr/press, los captores iban fuertemente armados. Finalmente, tras casi dos horas de secuestro, y después de que las Fuerzas de Seguridad rodearan el edificio, los insurgentes depusieron su actitud. "Todos los niños han sido liberados y los criminales se han entregado a la jirga", consejo de líderes tribales con cuyos representantes negociaron los insurgentes.

"ACTO DE DESESPERACIÓN"

Desde Londres, el presidente paquistaní, Pervez Musharraf, se refirió al secuestro, calificando a los implicados como "extremistas" y la toma de rehenes como un "acto de desesperación" que respondería a los éxitos de su Gobierno en la lucha contra el terrorismo, particularmente el islamista y que trata de hacerse fuerte en el país con el apoyo de los talibanes.

Por otra parte, fuentes militares confirmaron enfrentamientos en Waziristán del Sur, en la frontera con Afganistán. El Ejército señaló que, durante estos choques, al menos un soldado resulto muerto y nueve más heridos. Esta nueva víctima se añade a los más de 150 milicianos y la veintena de soldados fallecidos en esta provincia sólo durante este mes. Además, entre el domingo y hoy, otros dos militares murieron en la vecina Waziristán del Norte hoy en un atentado, tres policías en Orakzai, y otros dos soldados en el valle del Swat.

En este clima generalizado de tensión, la proximidad de las elecciones, que se celebrarán el 18 de febrero, parece haber quedado en segundo plano. La campaña es inexistente, debido al miedo de los candidatos a sufrir ataques de las milicias islamistas, especialmente después de que uno de estos atentados le costase la vida a la ex primera ministra Benazir Bhutto, hecho que precisamente obligó a aplazar las elecciones inicialmente previstas para el 8 de enero. "Todo el mundo teme por su vida", resumió en pocas pero elocuentes palabras el ex ministro Sheikh Rashid Ahmed, cercano a Musharraf.

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