- El presidente ruso afirma que no está interesado en retomar la Guerra Fría
MOSCÚ, 14 Feb. (OTR/PRESS) -
El presidente ruso, Vladimir Putin, abandonará el cargo dejando tras de sí claras advertencias a los países de su entorno, algunos de ellos antiguo aliado de la era soviética. Y es que en su última rueda de prensa anual como inquilino del Kremlin, Putin alertó a Ucrania, Polonia y República Checa de que dirigirá sus misiles contra ellos si acogen bases de la OTAN o el sistema antimisiles proyectado por Estados Unidos. No obstante, el mandatario aseguró que esto es tan sólo una opción a la que no llegará "si no hay una extrema necesidad", puesto que no está interesado en resucitar los viejos fantasmas de la Guerra Fría.
La expectación por esta comparecencia era alta, en vista de los 1.364 periodistas acreditados, y Putin, como se esperaba, no sólo hizo un balance de su política. Dos días después de advertir a Ucrania en presencia de su presidente, Viktor Yuschenko, de las posibles consecuencias de vincularse a la OTAN, el presidente ruso aprovechó su última rueda de prensa anual para extender sus amenazas a otros países del este de Europa. Así, y aunque precisó que no las llevaría a cabo "si no hay una extrema necesidad", indicó que no descarta la reorientación de algunos misiles también a Polonia o República Checa si albergan el sistema estadounidense DAM de escudo antimisiles". A su juicio, ese sistema "amenaza a la seguridad nacional" y en caso de que surja reaccionarán "de forma adecuada".
No obstante, "no se vislumbra ningún conflicto" con Estados Unidos, según Putin, quien aseguró que su país no tiene interés alguno en "regresar a los tiempos de la Guerra Fría" porque sus "principales intenciones son el desarrollo interno, la solución de los problemas económicos y sociales del país". En cambio, sí aspira a alcanzar un "diálogo" positivo con quien suceda a George W. Bush en Washington. "Gane quien gane, respetaremos la decisión del pueblo norteamericano y trabajaremos con quien sea su presidente, si éste así lo quiere", indicó a este respecto.
Putin señaló que "no hay que tener miedo a la agresividad de Rusia", ya que "no hay ninguna agresividad ni la habrá". En este sentido, instó a las partes a proceder con honradez respecto al Tratado de Fuerzas Armadas Convencionales, del que Rusia se salió el pasado mes de noviembre. "No permitiremos que nadie nos imponga condiciones", señaló el mandatario.
NO SIENTE LA ADICCION AL PODER
Putin cede el Kremlin pero dejará previsiblemente en su sillón a un sucesor a su medida: Dmitry Medvedev. Respecto al antiguo presidente de Gazprom y vicepresidente, Putin subrayó que será "un buen presidente" y permitirá "la continuación" de su política. Asimismo, el mandatario dijo no haber tenido "nunca" la tentación de ejercer una tercera legislatura, impedida por Ley. "La gente suele engancharse a cosas muy distintas. Algunos se enganchan al tabaco, otros (líbrenos Dios) a las drogas y otros al dinero. Dicen que la mayor adicción es al poder", pero "nunca la he experimentado", añadió.
El presidente también echó la vista atrás para afirmar que durante su época como presidente "no ha habido fracasos serios, se han conseguido todos los objetivos propuestos y se han cumplido las tareas". En opinión de Putin, en estos ocho años, el Estado ruso "ha recuperado la unidad y la integridad territorial", ha logrado "restablecer las bases fundamentales de la economía" y se está convirtiendo "en uno de los líderes económicos" mundiales.
Como crítica, Putin aludió a la inflación del 11,9%, sobre la que reconoció que se podía haber actuado "con mayor eficiencia" y "con mayor sofisticación y consecuencia". No obstante, apostó por incidir en el futuro en la diversificación de la economía y mejorar la gestión del país.