- El cardenal Lozano Barragán entiende que este avance ayuda porque es un "progreso auténtico"
MADRID, 9 Ene. (OTR/PRESS) -
El presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral Sanitaria, el cardenal Lozano Barragán, no encuentra ningún problema ético en la investigación con células madre procedentes del líquido amniótico. El Vaticano, según el religioso, está de acuerdo con todo lo que significa "progreso auténtico".
La reacción se conoce tras la comunicación de ayer por parte de varios científicos de la Universidad de Wake Forest y de Harvard de que habían localizado en el líquido amniótico células madre igual de válidas para la investigación que las procedentes de embriones. De esta forma, y dada la capacidad regenerativa del propio líquido amniótico, se suaviza la posición marcada por algunos sectores como, por ejemplo, la Iglesia. Desde este sector, se había discutido la eticidad de la investigación con células de embriones, ya que provocaba la muerte de éste.
Los expertos han indicado que la extracción de las células madre se puede realizar sin dañar ni a la madre ni al feto. Una extracción que irá encaminada a crear tejidos cerebral, hepático y óseo, tal y como ya se había comprobado con las tomadas de embriones. "Si no pone en peligro a la donante, si ese tratamiento no tiene ninguna consecuencia negativa, entonces no existe ningún problema", asegura Barragán.
YA LO DECÍA LA BIBLIA
El cardenal Lozano Barragán afirma que el Vaticano no se opone a todo progreso científico, si no sólo a aquellos que no representan un "auténtico" avance. "Lo que construye al hombre en toda su complejidad, tenemos que decir que es bueno", completa el religioso. Barragán remite a la Biblia y a sus primeros libros para demostrar que el cristianismo aboga por el avance humano. Comenta que en los textos se relata que Dios puso al ser humano en la Tierra para hacer "que toda la creación progrese gracias a él, no que retroceda".
El italiano doctor De Coppi, miembro del equipo descubridor del avance, ha comentado a la prensa de su país que llegaron a él durante otras investigaciones destinadas a encontrar "una alternativa a la cirugía fetal para tratar las malformaciones del feto", y que no choca con su decisión de no trabajar con células embrionarias.