- El sargento tapó las heridas del agredido con su propia ropa para evitar que se desangrara.
SEVILLA, 9 Ene. (OTR/PRESS) -
"¿El día que necesite su ayuda, acudirá igual que hace para detenerme?", le preguntó J.C.S., delincuente habitual de 62 años, al sargento José Bueno en una de las ocasiones en las que éste le detuvo en Fuentes de Andalucía (Sevilla). Una cuestión que fue respondida el pasado 6 de enero cuando el Guardia Civil le salvó la vida taponándole varias puñaladas que presentaba en el momento en el que acudió a la casa cuartel en busca de ayuda, cubierto de sangre y portando un gran cuchillo.
Cuando ocurrió todo, el sargento José Bueno se encontraba de permiso, no obstante había acudido para atender a una familia. Entonces, escuchó "un gran griterío en la calle" y vio a varias personas "refugiarse en el cuartel". Salió a la calle y vio a un individuo "completamente cubierto de sangre" que caminaba como un "zombi". El agente reconoció que "tuvo miedo" porque le era imposible reconocerle y portaba un cuchillo "enorme" que no soltaba a pesar de que se lo gritaba una y otra vez.
Cuando se encontraba a menos de un metro de él, el Guardia Civil le golpeó la mano tirándole el cuchillo al suelo "porque no tenía fuerzas, estaba muy débil porque había perdido mucha sangre". Su primera intención fue meterle en el cuartel, pero el individuo, de 62 años y que responde a las iniciales J.C.S., se negó, "quizás porque ya lo habíamos detenidos en varias ocasiones", apuntó *José Bueno. Por eso decidió acostarlo en la pared, llamar al 061 y llevarle una silla. Fue entonces cuando observó que del cuello y la cabeza le brotaba sangre y que en la muñeca tenía un gran corte en forma de L que le dejaba al descubierto los tendones.
Para que no se desangrara, y gracias a que había realizado un curso de primeros auxilios, le practicó un torniquete en la muñeca con un pañuelo y "como no tenía nada a mano" se quitó los zapatos y le taponó las otras dos heridas con los calcetines.
AGREDIDO POR UN CHICO DE 22 AÑOS.
Mientras le curaba, el hombre no paraba de insultarle. Además, como era conocido por sus delitos habituales, la gente pasaba y gritaba a Bueno que no lo atendiera. Por otro lado, el agente recordó que en una de las ocasiones que le detuvo, el delincuente le preguntó que "si el día que necesitara su ayuda acudiría al igual que hacía para detenerlo", a lo que el agente le contestó "que sí", "como pudo demostrarle". El guardia civil permaneció junto al agredido hasta que llegó la UVI del 061, "momentos en los que pensaba que no aguantaría y que moriría allí por la gran cantidad de sangre que había perdido".
En este punto, el sargento comprobó el camino desde la casa de J.C.S., donde tuvo lugar la reyerta que le ocasionó las heridas, hasta el cuartel "que son 800 metros en los que había un reguero de sangre". Al poco, la Guardia Civil detuvo a A.G.O., de 22 años y natural de Fuentes de Andalucía, como autor de un presunto delito de homicidio en grado de tentativa con resultado de lesiones graves. De igual modo, las investigaciones determinaron que el cuchillo que portaba la víctima era propiedad del agresor y que ambos se enfrascaron en una discusión que acabo en una "feroz pelea", si bien aún no se ha determinado la causa que la provocaron.
El 061 trasladó a la víctima hasta el hospital de Osuna donde ingresó en la UCI en estado grave y ser intervenido por la puñalada en la muñeca, que le ha afectó a los tendones. El sargento, además, se interesó por la vida del agredido en todo momento, ya que llama a diario al hospital. J.C.S. ha sido detenido en numerosas ocasiones por tenencia de armas blancas y droga, entre otros motivos. Según indicó el sargento, la última fue porque con una garrafa de gasolina y un arma comenzó a amenazar a los vecinos de su calle con que iba a quemar las casas "y a matarlos a todos".