Actualizado 11/02/2007 20:33

Crónica Vino.- Rajoy pide al Gobierno más educación y sentido común y que "deje de prohibir"

- El presidente de la Rioja, Pedro Sanz, tacha de "Ignorante" al Gobierno en relación a la Ley del Alcohol

CIUDAD REAL, 11 Feb. (OTR/PRESS) -

Continúa la polémica por la Ley del Alcohol y la consideración que se le dará, en ella, al vino. El presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, pidió hoy al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que se dedique a poner en marcha una política basada en la pedagogía, la educación y el sentido común, mediante la cual se informe al consumidor y se promocionen hábitos saludables. En este sentido, Rajoy consideró que el Ejecutivo debe "dejar de prohibir", porque en la "actualidad sobran leyes". Por su parte, el presidente de la Rioja, Pedro Sanz, aseguró hoy que la Ley antialcohol es un ejemplo de la "ignorancia" del Gobierno porque atenta contra el vino, un producto, que afirmó, es "fundamental para nuestra salud".

El presidente de los populares, Mariano Rajoy, que asistió hoy a un acto organizado por su partido en Ciudad Real -que sirvió de apoyo al sector vitivinícola-, mostró su rechazo al hecho de que la futura Ley antialcohol equipare el vino con las bebidas peligrosas, y aseveró que es algo que no van a consentir. En este sentido, Rajoy recordó al Gobierno de Zapatero que debería cumplir la legislación vigente -concretamente la Ley de Viña y el Vino- en la que se recoge que este producto es un alimento natural que el Ejecutivo nacional debe promocionar, dando a conocer sus beneficios dentro de la dieta mediterránea.

El presidente del PP destacó el importante papel que juega el vino dentro de la economía nacional, así como su notable función de fijar la población en el medio rural o su importancia medioambiental.

Rajoy aclaró que su partido apoya el borrador del anteproyecto de Ley de medidas sanitarias para la protección de la salud y la prevención del consumo de bebidas alcohólicas por los menores -previsto por el Ministerio de Sanidad-, ya que aseguró que "claro que hay que evitar el alcoholismo", pero aseveró que la solución "no es el autoritarismo que se está practicando en España últimamente".

"EL OBJETIVO DEL GOBIERNO ES CREAR PROBLEMAS".

Durante su intervención, el líder popular manifestó que esta medida responde a la política actual que está desarrollando el Gobierno de Rodríguez Zapatero, asegurando que el principal "damnificado" ha sido el sentido común, ya que, añadió, "nunca se había atentado tanto contra la razón y la lógica".

En este sentido, apuntó "se han roto los consensos de la transición, se han hecho leyes sin contenido, y se han generado problemas donde no los había". Rajoy concluyó diciendo que el "principal objetivo del Gobierno es no crear problemas" a los ciudadanos.

Por su parte, el presidente de La Rioja, Pedro Sanz -que participó hoy en el mismo acto que Mariano Rajoy-, se mostró tajante cuando afirmó que "debemos dejar la política a un lado e ir todos en la misma dirección para defender al sector vitivinícola". Sanz continuó recordando que "ya lo decían los romanos, 'tierras de vino, tierras de buen vivir'", premisa que el PSOE quiere convertir en pasado, hecho que aseguró el Partido Popular "no va a permitir".

Por ello, Sanz aseguró que la Ley antialcohol muestra la "ignorancia" del Gobierno central, ya que se atenta contra el vino, producto que apuntó "es fundamental para nuestra salud y nuestra riqueza". Por este motivo, explicó que "no queremos ningún tipo de consenso", sino una ley "para prevenir el consumo de alcohol", en la que el vino "no aparezca por ninguna parte".

"BEBIDA FAMILIAR"

Sobre la polémica Ley también se pronunció el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, que asistió hoy al acto organizado por el PP. Herrera instó al Ejecutivo de Zapatero a que no convierta la defensa de la salud de los menores contra el alcoholismo en un arma de hostigamiento contra el sector vitivinícola, que aseguró es "un sector que lo está haciendo muy bien con esfuerzo y trabajo".

Para Juan Vicente Herrera la solución pasa por que el Gobierno "rectifique" y respete la Ley de la Viña y el Vino Nacional, al mismo tiempo que debería apostar por la calidad y la defensa de una bebida "familiar" que forma una parte "muy importante de nuestra cultura y tradiciones".

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