Actualizado 25/05/2007 22:29

Crónica Internacional.- Al-Sadr reaparece ante miles de adeptos para llamar a la alianza entre chiíes y suníes

- Se compromete a proteger a las minorías de Irak de Al Qaeda si EE.UU. permite que sus milicianos se desplieguen

((Nota a los abonados: Esta Crónica Internacional sustituye a la anunciada en las previsiones))

BAGDAD/MADRID, 25 (OTR/PRESS)

"¡No al diablo! ¡No a América! ¡No a Israel!". Este grito será seguramente el que centre la atención mediática de todo el discurso que el clérigo chií Muqtada al-Sadr pronunció hoy en la gran mezquita de Kufa, 150 kilómetros al Sur de Bagdad, donde cerca de 6.000 seguidores respondieron con júbilo a esta soflama. Sin embargo, la parte central del discurso del clérigo más influyente de Irak se centró en una llamada a la alianza entre chiíes y suníes moderados, porque "somos hermanos y el ocupante no debería dividirnos". Además, Al-Sadr se comprometió a proteger a las minorías cristianas y suníes en Irak de los ataques de Al Qaeda si EE.UU. permite que el Ejército del Mahdi se despliegue por el país.

En todo caso, nada apartará la atención de ese cántico con el que Muqtada al-Sadr comenzó su discurso en la gran mezquita de kufa. Las autoridades estadounidenses sospechaban que el clérigo había huido del país en enero, cuando el Ejército de Estados Unidos y las Fuerzas de Seguridad iraquíes pusieron en marcha el plan de seguridad para Bagdad. Al-Sadr era buscado por estadounidenses e iraquíes acusado de tomar parte en los ataques sectarios que han llevado al país a una guerra civil no reconocida por la comunidad internacional.

Sin embargo, sus seguidores mantuvieron en todo momento que no abandonó el país -algunas informaciones de Washington acusaban a Irán de cobijar al clérigo- y, mientras, sus seguidores en Irak ponían en jaque al Gobierno de Nouri al-Maliki con toda una serie de iniciativas contra la presencia de tropas estadounidenses en el país. La última de ellas, la dimisión en bloque de los parlamentarios chiíes que formaban parte del Ejecutivo de unidad nacional iraquí y el boicot del grupo parlamentario a las iniciativas de Al-Maliki.

"Le digo a nuestros hermanos suníes en Irak que son nuestros hermanos y que el ocupante no debería dividirnos. Son bienvenidos y estamos preparados para cooperar con ellos en todos los campos. Esta es la mano que les tiendo", exclamó el clérigo ante los cerca de 6.000 seguidores que siguieron su discurso en la mezquita de Kufa, según informaciones de 'Al Jazeera' recogidas por OTR/Press. Esta llamada a la unidad llega pocos días después de que los líderes chiíes del este de Bagdad se reuniesen con los cabecillas tribales suníes del oeste de Irak.

PROTEGER A LAS MINORÍAS

Ambas partes se comprometieron a trabajar juntos por la reconciliación nacional y contra el extremismo. De hecho, en la Cámara iraquí, chiíes, suníes y cristianos se han puesto de acuerdo para poner sobre la mesa del primer ministro una iniciativa que le obligue a fijar un calendario para la retirada de las tropas de Estados Unidos del país. Sin embargo, Al-Sadr insistió en su rechazo de prohibir a los antiguos miembros del partido Baaz de Saddam Hussein participar en la vida pública, una medida que se considera clave para apaciguar a los suníes.

Por otro lado, Al-Sadr también se comprometió a defender a las minorías suníes y cristianas de Irak de los ataques de Al Qaeda y de los Nawasib -una forma despectiva de referirse a los suníes que atacan lugares sagrados- si EE.UU: permite que su Ejército del Mahdi se despliegue. "Recibo las quejas de los hermanos suníes y algunos cristianos sobre las agresiones de los Nawasib. Estoy preparado para defenderles y ser su escudo, aunque el ocupante no lo acepte", proclamó.

"Nuestras casas y nuestas ciudades están abiertas para ellos, pero los iraquíes que matan suníes y cristianos cometen pecado", sentenció Al-Sadr, que se cree que en los últimos meses está haciendo esfuerzos reales por moderar sus discursos. "Hay gran cantidad de voces en Irak y quejas que llaman a la democracia en Irak. Pese a esas llamadas, el pueblo iraquí continúa sin servicios básicos como el agua y la electricidad o las comunicaciones", señaló, antes de remachar: "si el Gobierno no ayuda, tendremos otras palabras con él".

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