Actualizado 30/03/2017 23:44

Trump quiere dejar sus activos en manos de sus hijos, a los que además quiere como asesores

El presidente electo no quiere un 'fideicomiso ciego' como han hecho sus predecesores y compaginar la presidencia con los negocios puede suponer un conflicto de intereses histórico

MADRID, 16 Nov. (OTR/PRESS) -

El presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, es desde siempre un hombre de negocios que ha centrado su vida en ampliar una fortuna. Una de las cuestiones que se plantean es cómo compaginará ambas 'carreras' sin crear un conflicto de intereses histórico. ¿No será complicado que el magnate priorice los intereses de Estados Unidos a sus propios negocios y dinero? ¿Podrá ser presidente de su cadena hotelera y a la vez serlo de EEUU?

Esa pregunta ya se la hicieron a Trump durante un debate presidencial en Carolina del Sur y su respuesta fue sorprendente: "Si llego a ser Presidente, no me importa un bledo mi compañía". Algo que no se creen ni quienes le han votado y que preocupa a una gran parte de republicanos que no quieren que el imperio Trump complique y caiga encima del Despacho Oval.

La periodista María Bartimoro le preguntó si pondría sus activos en un fideicomiso ciego, a lo que respondió que tenía "ciega confianza" en sus hijos Ivanka, Don y Erik y que probablemente les dejaría al frente sin volver a preocuparse. Sus hijos no son lo que se considera un "fideicomiso ciego" puesto que todos están involucrados y tienen relación directa en los 'negocios Trump'.

Dos días después de las elecciones, el 10 de noviembre, un abogado de la Organización Trump, Michael Cohen, dijo a la CNN que la confianza solo se considera "a ciegas" cuando los administradores no tienen relación financiera con el propietario, lo que no sucede en el caso del presidente electo.

El hecho de que además el ya presidente electo se plantee que tres de sus cinco hijos formen parte de su equipo asesor y quiera acreditaciones al más alto nivel para ellos, hace suponer que el conflicto de intereses puede acabar en una causa legal.

EL EJEMPLO DE SUS PREDECESORES

Otros presidentes, como Ronald Reagan, George HW Bush, Bill Clinton y George Bush colocaron todos sus bienes en fideicomisos ciegos mientras ejercían la presidencia. El presidente saliente, Barack Obama tiene su dinero en bonos del Tesoro y fondos que no se ven como un conflicto de intereses, según explica The New Yorker.

En cualquier caso, el anuncio de que los hijos de Trump estén en el comité ejecutivo del equipo de transición presidencial imposibilita que las empresas del magnate queden en manos de sus descendientes, según muchos analistas y expertos.

La línea divisoria entre lo que ha sido la campaña electoral y los negocios de los Trump ha sido más que fina, a veces invisible. Su hija Ivanka utilizaba sus apariciones en la campaña electoral de su padre para hacer publicidad de su propia línea de moda y según varios medios de comunicación se ha pagado con dinero de la campaña el alquiler de la Torre Trump, donde se instaló la sede republicana, así como eventos que se han efectuados en propiedades del magnate como en los campos de golfTrump o en el Club de Mar-a-Lago de Trump.

LOS DEMÓCRATAS PIDEN QUE SE INVESTIGUE SU ENTRAMADO FINANCIERO

De hecho, el portavoz demócrata en la Comisión de Supervisión y Reforma de la Cámara de Representantes, Elijah Cummings, ha pedido una investigación sobre el posible conflicto de intereses en el que podría incurrir Donald Trump al no haberse desvinculado de The Trump Organization, es decir, del emporio empresarial que le ha servido de trampolín para alcanzar la Casa Blanca.

Cummings insta a la Comisión a revisar el "entramado financiero" antes de que asuma el cargo. "Nunca habíamos tenido un presidente como el señor Trump en lo que respecta a su basto entramado financiero y sus extendidos intereses empresariales en todo el mundo", apunta Cummings en una carta dirigida al presidente de la comisión, el republicano Jason Chaffetz.

Nunca ha habido un presidente que se negara a publicar su declaración fiscal y "el secretismo sin precedentes del señor Tump y de sus extensos acuerdos empresariales en países extranjeros plantea serias dudas sobre cómo evitar conflictos de intereses como presidente", asegura Cummings.

CIERTO VACÍO LEGAL, AUNQUE NO ÉTICO

Trump donó más de cincuenta millones de dólares a la campaña y resulta que no hay ningún requisito legal, aunque sí ético, de que un Presidente se despoje a sí mismo de intereses privados mientras ocupa el Despacho Oval. Tampoco sobre cómo controlar y regular inversiones o empresas en fideicomisos.

Según el New Yorker existen reglas federales que prohíben a los miembros del Congreso y del Gabinete aceptar regalos de cualquier persona que tenga negocios relacionados con su agenda, además de abstenerse de participar en asuntos de gobierno que afecten a sus intereses financieros.

Sin embargo, las funciones del presidente y del vicepresidente fueron excluidas de estas reglas porque directamente se asumía que ningún presidente intentaría dirigir un gobierno y un negocio al mismo tiempo.

La revista estadounidense detalla en un artículo cómo los autores de la Constitución si se plantearon la posibilidad de un posible abuso de la oficina del presidente. De tal manera que en la Sección 9 del Artículo I se inserta la llamada Cláusula de Emolumentos.

Según Kenneth Gross, socio de Skadden Arps y ex consejero general asociado de la Comisión Federal de Elecciones asegura que dicha cláusula constitucional significa que no podría aceptar regalos o emolumentos, empleos o títulos sea cual sea su naturaleza. En cualquier caso, según Gross no se sabe muy bien qué es lo que posee y su situación financiera real. De hecho, textualmente asegura que "no sabemos todos sus enredos".

Quien fuera asesor de Michael Bloomberg en la gestión de sus activos mientras era alcalde de Nueva York, asegura que muchas marcas como DTQatarLLC, DT Marcas Dubai LLC, al igual que muchas otras empresas, son entidades extranjeras que suenan opacas y que aparecen dentro de los que ha divulgado financieramente. Además cuenta con presencia en países como Rusia, Corea del Sur, India, Turquía, Emiratos Árabes Unidos, Azerbaiyán, Ucrania, China, Bulgaria, Argentina, Canadá, Francia o Alemania y tiene empresas asociadas en paraísos fiscales.

De hecho, el propio multimillonario Bloomberg asegura que Donald Trump "tiene un largo historial de bancarrotas, miles de pleitos, accionistas enfadados y proveedores que se sienten estafados y robados". El magnate de la comunicación y de los datos financiero se refiere a la quiebra de hoteles y casinos de Trump en Atlantic City, a la demanda relacionada con el Trump SoHo por parte de compradores que alegan haber sido estafados.

No obstante, y a pesar de los desatinos que ha tenido en ciertos negocios, lo cierto es que Trumps Hotels es uno de los más exitosos y que centra la atención mediática en EEUU y ha utilizado en ocasiones la marca de sus empresas durante la campaña, lanzando consignas que llevan implícitamente su sello.

Si finalmente no deja sus empresas en manos de un fideicomiso, Trumps Hotels puede presentar un particular conflicto de intereses según muchos expertos. Se desconoce aún que nombre llevarán los nuevos hoteles lifestyle que pretende lanzar el magnate y ahora presidente electo, pero parece que no se llamarán como él.

Silvio Berlusconi, es un precedente en cuanto un líder político en el mundo que ha seguido teniendo beneficios en sus empresas privadas mientras ocupaba la presidencia. Las acusaciones de corrupción al exdirigente italiano le han llevado a condenas y a ser declarado culpable. Cómo compaginará Trump su faceta empresarial y presidencial es algo que está por definir legal y éticamente.