ROMA 9 May. (EUROPA PRESS) -
El Motu Proprio del Papa Francisco 'Vos estis lux mundi' (Vosotros sois la luz del mundo') con nuevas normas para atajar los abusos sexuales en el seno de la Iglesia, envía una señal "muy fuerte" de que no hay inmunidad. Así lo considera el secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y arzobispo de Malta, Charles Scicluna.
Durante un encuentro para presentar el documento, Scilcuna destaca que entre su novedades resalta que todo el proceso es indicativo, incluso en comparación con el pasado.
"Podemos decir que han habido investigaciones, no es que empecemos ahora y no se ha hecho nada antes. Ahora tenemos una ley universal, que determina las etapas fundamentales para la investigación de un miembro eclesiástico, obispo o superior mayor, religioso o religiosa, dando la señal de que incluso el liderazgo está sujeto no sólo a la ley de Dios sino también a la ley canónica: debe responder por los crímenes que ha cometido. Así que no hay inmunidad [...] hay una señal muy fuerte, nadie que tenga responsabilidad eclesiástica está por encima de la ley, y en mi opinión, este procedimiento lo dice muy claramente", ha asegurado.
Por su parte, el secretario del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, Juan Ignacio Arrieta Ochoa de Chinchetru, ha apuntado que la norma imprime "seriedad y rapidez" para tratar el tema de los abusos y para que los casos sean juzgados con "claridad y transparencia".
"El documento contiene diversas novedades - explicó el Secretario del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos - uno de ellos se da desde el punto de vista organizativo, en el que se obliga a todas las diócesis del mundo en el plazo de un año, a activar un sitio (web, ndr) o una oficina para recoger informaciones de cualquier tipo en relación con estas materias", ha recordado.
Asimismo, ha añadido que la ley impone a todos los sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas la obligación de denunciar ante la autoridad eclesiástica si conocen hechos relativos a abusos cometidos por clérigos de la Iglesia. "La ley protege a quien ha denunciado, de tal manera que aquel que intentase hacer retorsión respecto a esas personas, caería en las denuncias que la propia ley establece", ha avisado.
Monseñor Arrieta también ha destacado que se establece un procedimiento para el caso particular de los obispos. Según ha explicado, este documento busca asegurar las informaciones y sobre todo otorga al obispo metropolitano el deber de investigar a las personas denunciadas en su Diócesis, eventualmente con la ayuda de fieles laicos, quienes son parte de la Iglesia y tienen el derecho y el deber de ayudar colaborar a su Iglesia.
Previamente, el prefecto de la Congregación para los Obispos, el cardenal Marc Ouellet, ha destacado que la norma rompe con cualquier forma de "clericalismo" o "elitismo".
"No solo no debe haber clericalismo, tampoco un elitismo entre nosotros. Hemos dicho durante años que los sacerdotes deben adecuarse a ciertas reglas estrictas y ¿por qué los obispos y otros en la jerarquía eclesiástica no deberían hacerlo?", ha destacado en una entrevista difundida por los medios de comunicación de la Santa Sede.
A este respecto, ha destacado que con este documento "no se pide a los obispos más de lo que ya se ha pedido durante años a los sacerdotes".
Ouellet también ha enfatizado que se trata de un documento que tiene un valor universal y ha apuntado a que sería "un error" considerarlo "una respuesta provocada por este o aquel caso". "El fenómeno es global y la respuesta debe ser universal y, como dice el Papa, concreta. El Papa lo quiso y ha sido estudiado y construido con la ayuda y asistencia de sus colaboradores en la Curia, escuchando también la voz de los participantes en el encuentro de febrero y de diferentes diócesis", ha dicho.
Asimismo, ha reivindicado el rol de los laicos en estas pues ayudan a la "recopilación cuidadosa de información" sobre los hechos, a menudo en circunstancias "difíciles", que implica "el examen de dispositivos electrónicos, la consulta de psicólogos y médicos, así como el conocimiento especial del Derecho".
"Son temas y actividades --ha puntualizado-- que involucran habilidades y profesionalismo ejercidos por los laicos y, por lo tanto, no habría razón para excluirlos de tener un papel importante en el examen de estos temas".
En este sentido, ha señalado que a veces le parece apreciar cierto "nerviosismo" por parte de algunos sacerdotes que se sienten "dejados de lado" por el papel confiado a los laicos. A su juicio, este "nerviosismo" no está justificado, pues, "naturalmente al obispo designado se le confía la responsabilidad de reunir los resultados de la investigación y expresar su opinión final".