SANTANDER, 9 Ago. (EUROPA PRESS) -
La autora mallorquina Carmen Riera ha señalado como uno de los principales retos del escritor el de "conseguir un estilo propio", pero sobre todo "funcional". En ese sentido, puso como ejemplo su última obra 'El verano del inglés', en la que, según dijo, optó por eliminar partes que tenían un estilo "más literario".
Para Carmen Riera, que analiza su obra en el encuentro 'Todos queremos ser Sherezade' organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), la función de la literatura es "ayudar a entender el mundo" y permitir así que el lector sea "más feliz" al hacerle "más consciente de su condición humana".
En ese sentido, lamentó ejemplos como el de la modelo Victoria Beckham, a quien calificó como "cretina integral", por entender que su "máxima ilusión" sea gastar dinero en una tarde de compras.
La autora reconoció que le gustaría escribir un libro que "cambiara" la vida de sus lectores, pero admitió la imposibilidad de lograr este objetivo.
Respecto a la situación de la narrativa española actual, consideró que vive un momento "tan bueno o tan malo" como la francesa o la inglesa, según concluye de su presencia en distintos jurados literarios; situación que hizo extensible a la literatura catalana, tras recordar que su origen mallorquín le lleva a interesarse por libros escritos en otras lenguas de España, como el vasco o gallego.
FERIA DE FRANKURT
Sin embargo, Riera defendió la conveniencia de que la presencia de autores catalanes en la Feria de Frankfurt corriera a cargo de los que escriban en castellano "que son más conocidos y populares".
"Si la invitada es la lengua, no hay más que hablar, pero parece ser que la invitada es la cultura", matizó. "Tan cultura catalana es el 'Pijoaparte' de Marsé como otros", explicó en relación a la importancia de los autores catalanes que escriben en castellano, entre los que también citó a Eduardo Mendoza y sus novelas ambientadas en Barcelona.
Riera se preguntó por la utilidad de la Feria de Frankfurt para los fines en los que piensan los responsables de la selección de autores. "No creo que transforme nada, pero hay gente que cree que les va a llevar al estrellato". La escritora especificó que Frankfurt es una feria "donde se compran y venden derechos", pero a las conferencias y mesas redondas "no va nadie".
INTERNET
La autora reconoció en otro momento sentirse mayor, pero concluyó que "sigue la necesidad de escuchar historias". Así, Riera abogó por la función del escritor. "Nosotros contamos mentiras, pero intentamos que parezcan verdad", afirmó, en una actitud que contrapuso al oficio de periodista que "trata de contar la verdad y no lo es tanto".
También se definió como una 'emigrante digital'. "Mi país no es el Internet, como no lo es el de los teléfonos móviles", apuntó, aunque destacó las "enormes posibilidades" que abren las nuevas tecnologías para la literatura, con ejemplos entre los que citó los concursos literarios a través de mensajes de texto a los móviles.
"El correo electrónico nos hace redactar", añadió, e ironizó sobre las críticas a los efectos de las nuevas tecnologías en el lenguaje. "Los copistas medievales tenían los libros llenos de signos, eso ya se hacía", recordó en alusión al uso de abreviaciones que se produce en ocasiones en los correos electrónicos o los mensajes de texto. "No creo que la literatura vaya a morir", aseveró.
Tras la publicación de 'El verano del inglés', una novela sobre el tópico de la imposibilidad de los españoles para aprender este idioma, Riera, que también es profesora universitaria en la Universidad de Alicante, ha terminado un ensayo sobre Azorín, en base a su costumbre de alternar ficción y ensayo "para descansar". Ahora trabaja de nuevo en una novela de ficción a la que aún no ha puesto titulo.