Los conductores podrán circular a 120km/h por los accesos a Barcelona tras el fin del anticiclón

BARCELONA 13 Feb. (EUROPA PRESS) -

La Autovía de Castelldefels, la C-31 sur, y la Autopista del Garraf, la C-32 sur, que funcionan con el sistema de velocidad variable, pasarán a estar limitadas a 100 y 120 kilómetros por hora este lunes, después de que remita el anticiclón que obligó a suspender el cambio la semana pasada.

Según ha informado el Servei Català de Trànsit, la noche de este domingo se modificará la velocidad de estas dos vías para adaptarlas al nuevo mapa de velocidades, y en el transcurso de la madrugada se modificarán los programas informáticos para aplicar las nuevas velocidades.

Trànsit prevé que sobre las 2 de la madrugada los paneles luminosos muestren los nuevos límites de seguridad.

La Autopista del Maresme, la C-31 norte, efectuará el cambio de señalización de limitación de velocidad el lunes por la noche, que supondrá la retirada de 11 señales fijas.

A pesar de que la previsión era de que se los 120 estarían a punto el pasado lunes, la situación anticiclónica obligó a la Conselleria de Territorio y Sostenibilidad a pedir a Interior que durante una semana se circulara a 80 kilómetros para reducir las emisiones contaminantes.

Esta decisión provocó las críticas del hasta entonces director del Servicio Meteorológico de Cataluña (SMC), David Rodríguez, que criticó la "desorientación máxima" del Govern, y que fue cesado al ser un cargo de confianza del tripartito.

Así, a partir de este lunes los conductores podrán superar el límite máximo de 80 kilómetros por hora que estaba fijado desde 2008, cuando se implementó esta limitación en todos los accesos a Barcelona en el marco de un plan de mejora medioambiental del tripartito.

De los 78 kilómetros que estaban limitados a 80 con el tripartito, se modificarán 53,3, en un proceso paulatino que durará hasta marzo, cuando todas las señales fijas se habrán sustituido con los nuevos límites, con un coste de 76.000 euros.

EXTENDER LA VARIABLE A TODOS LOS ACCESOS

El objetivo del Govern es que se instale el sistema de velocidad variable, que ya funciona en la Autopista del Garraf y la de Castelldefels, en todos los accesos a la capital catalana antes del final de la legislatura, aunque lo condiciona a la situación económica, y para lo que prevén un presupuesto de seis millones de euros.

Según el nuevo mapa de velocidades que aplicará Interior en el resto de accesos, en la B-20 será de 100 y 80 en los túneles, hasta pasar a 80 también hasta el Nus de la Trinitat; y en la C-58, se podrá circular como máximo a 80 kilómetros debido a las obras.

En la carretera de Sant Cugat del Vallès, la C-16, el límite de acceso a Barcelona pasará de 90 a 80 kilómetros por hora, pasando por los Túneles de Vallvidrera, y en la B-23, se seguirá circulando como máximo a 80, mientras que la A-2 tendrá un límite de 100 kilómetros.