Dependencia.- Las cuidadoras sufren de resignación, impotencia y soledad en la atención a su familiar, según un estudio

Actualizado: sábado, 16 junio 2007 13:36

El estudio además destaca la constatación de que 20 de las cuidadoras manifestaron que son víctimas de violencia doméstica

SEVILLA, 16 Jun. (EUROPA PRESS) -

Las personas que cuidan a un familiar dependiente, --función que desempeñan mayoritariamente mujeres de entre 40 y 60 años, casadas y que cuida a su padre o madre las 24 horas los siete días de la semana-- padecen impotencia, resignación y soledad, según revela un estudio elaborado por la Universidad de Sevilla con la Fundación Gerón.

Según el informe, facilitado a Europa Press, sobre el perfil, características y necesidades de los cuidadores, estos sentimientos "reflejan el estado de desamparo y de falta de recursos en el que con frecuencia se encuentran estos familiares" aunque, no obstante contrastan con el de satisfacción, que refleja que viven los cuidados a sus dependientes como un valor importante en sus vidas.

El estudio, basado en el análisis de más de 500 cuidadores, detalla que estas personas no sólo asumen las responsabilidades derivadas del cuidado sino también las consecuencia que el mismo conlleva sobre la dinámica familiar y de pareja, sus relaciones sociales, sus actividades de tiempo libre, para el cuidado de sí misma o para la realización de e actividades cotidianas.

Seguramente por ello y en contra de lo que pudiera pensarse, el análisis de las sesiones terapéuticas desarrolladas por Gerón pone de manifiesto que los temas más abordados no se centran en la atención o el sujeto cuidado sino en preocupaciones, problemas y conflictos que existen en otras áreas vitales de las cuidadoras.

De este modo, destacan entre éstos los asuntos familiares --240 casos que representan el 55,8 por ciento de todas las consultas realizadas--, algunos de carácter genérico vinculados con la dinámica familiar --136 casos-- así como otros más específicos como las relaciones de pareja --77 casos--, la educación de los hijos --34 casos-- o los problemas sexuales --11 casos--.

La segunda área motivo de consulta de los cuidadores la constituye la relacionada con las alteraciones emocionales y la afectividad --tratadas en 196 casos, esto es, el 45,6 por ciento--, especialmente la ansiedad y la depresión --abordada en unos 64 casos--. También se puso de manifiesto el sufrimiento --35 casos-- y los sentimientos de culpa --24 casos--.

RELACIONES CON EL DEPENDIENTE

En definitiva, los temas centrados en las relaciones con el sujeto cuidado fueron mencionadas tan sólo en el 19,1 por ciento de los casos --por 82 cuidadores--, y predominaron las dudas sobre el ingreso en una residencia del anciano --50 casos--, los dilemas éticos --20 casos-- o la manipulación de la que es objeto por parte del anciano a quien cuidan --9 casos--.

De este modo, las preocupaciones centradas en la enfermedad, la sintomatología, el tratamiento médico, su manejo o el sentido que la misma puede tener tan sólo representa el 26 por ciento de los temas abordados --112 cuidadores--. Otros temas abordados fueron la sensación de desamparo, por no disponer de los recursos personales o económicos necesarios --41 casos--, los problemas de soledad --37 casos-- o los problemas en las relaciones sociales --24 casos--.

El estudio además destaca la constatación de que 20 de las cuidadoras manifestaron que son víctimas de violencia doméstica. "Este dato es especialmente relevante ya que en la bibliografía sobre el tema, las investigaciones se han centrado fundamentalmente en la incidencia de malos tratos pero inflingidos por el cuidador hacia el sujeto cuidado", añade.

INTERVENCIONES

Las intervenciones llevadas a cabo por el personal de Gerón consistieron en proporcionar información y apoyo --en 271 casos, el 63 por ciento-- permitiendo que los cuidadores se desahogaran y expresaran sus preocupaciones, ofreciendo información, infundiendo ánimo y orientando hacia la esperanza.

Desde su creación en 1994, Gerón ha tenido como objetivo básico aumentar y mejorar la calidad de vida de las personas mayores y sus familias quienes, cuando llega la dependencia, se convierten sistemáticamente en sus cuidadoras.